El camarero juzgado por violar a una joven que conoció en Instagram: “Ella no dijo ni que sí ni tampoco que no”
El joven mantiene que la relación fue en todo momento consentida mientras que la víctima asegura: “todo el rato le dije que no quería”
Jueves, 21 de marzo 2019, 13:09
La Audiencia Provincial de Salamanca acoge en la mañana de este jueves el juicio contra M.C.M., el joven acusado de agredir sexualmente a una joven a la que había conocido días antes por Instagram. La fiscalía solicita para el joven siete años de prisión.
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En el juicio, el joven ha mantenido que la relaciones fueron en todo momento consentidas, que fue ella la que sin conocerse todavía más que por las redes sociales le fue a ver al bar donde trabajaba cuando estaban a punto de cerrar, que luego fueron juntos hasta la plaza mayor y, tras descartar ir a casa de uno y de otro para poder estar juntos por distintos motivos, los dos decidieron ir al hostal en el que el acusado también trabajaba.
En ningún momento habían hablado de sexo, pero: “Creo que se sobreentiende... La comunicación no verbal que hay en ese momento”, alegó. “ Ella no dijo ni que sí ni tampoco que no”, alegó el joven a preguntas del fiscal.
Por su parte la víctima, que declaro tras biombo, reconoció que había sido ella la que tras dos semanas de conversaciones por la redes esa noche decidió hacer un descanso mientras estudiaba en la biblioteca de libreros para ir al bar donde trabajaba el joven, en la calle Gran Vía.
“Cuando llegamos al hostal los dos fuimos al balcón. Él se tomó una cerveza y también fumó. Yo no sospechaba nada”, señaló la acusada
Allí estuvieron 15 minutos más o menos, ella solo se tomó una cerveza, y luego se fueron junto con un compañero del hacia la Plaza Mayor. Cuando llevaba un rato, hacía frío, y él le propuso ir al hostal donde trabaja, a una terraza desde la que podía verse la plaza. Aunque en un momento dado llegó a decir que ella “sabía lo que quería en el fondo”, la joven mantuvo en todo momento que no subió con ninguna intención al hostal: “yo no le di importancia y no se sospeche que pudiera pasar algo”, señaló.
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“Cuando llegamos al hostal los dos fuimos al balcón. Él se tomó una cerveza y yo no recuerdo si le di algún sorbo. El también fumó. Yo no sospechaba nada, estábamos tranquilos”.
Luego fueron a la habitación, el se tumbó en la cama y le pidió que fuera con él. “Me echo la culpa de por qué fui tan tonta de haberme sentado con él en la cama y de quitarme los zapatos”, dijo, y explicó que fue a partir de entonces cuando la agredió, pero que en ningún momento fue consentido.
Según recoge el Ministerio Fiscal en su escrito de calificación, al que ha tenido acceso LA GACETA, alrededor de las 02.00 horas del 5 de junio de 2017, la víctima, que estaba estudiando en la biblioteca de la calle Libreros, decidió ir a ver al chico con el que había mantenido conversaciones a través de las redes sociales un par de semanas antes y que hasta entonces no conocía en persona. Su amigo virtual era presuntamente el acusado, M.C.M., un joven sin antecedentes penales que trabajaba como camarero en un local de copas del centro.
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Estuvo con él hasta que, sobre las 03.30 horas, cerraron el establecimiento, de manera que los dos se fueron hacia la Plaza Mayor, compraron tabaco y una cerveza en un 24 horas y más tarde decidieron ir a una pensión donde también trabajaba el acusado, de manera que tenía las llaves.
Una vez allí, fueron a una de las habitaciones que estaba libre y el acusado salió un momento a la terraza a fumar un cigarro. Acto seguido se tumbó en la cama y se descalzó, mientras que la chica se quedó sentada en la misma descalzándose también.
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En un momento dado, M.C.M. quiso tener relaciones sexuales con la joven y la besó en los labios, poniéndola a continuación encima de él. Como no quería tener este tipo de relación con él, la chica le dijo que parara, lejos de ello el acusado siguió llegando a agarrarla de las manos y quitándole el cinturón, que ella se volvió a poner y él le volvió a quitar.
Siguiendo en su actitud de mantener la relación sexual pese a la oposición de la joven que le insistía en que parara, señala el Ministerio Fiscal, volvió a agarrarla de las manos, la desvistió por la parte de debajo y la penetró vaginalmente primero por delante y acto seguido por detrás.
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Una vez eyaculó, la chica fue al baño donde estuvo llorando y luego abandonaron la pensión, siguiendo el acusado a la chica y, al ver unos coches patrulla que pasaron por delante, M.C.M. le pidió que no le denunciara porque entonces tendría que pasar la noche en los calabozos.
En ese momento, la joven no denunció, pero sí lo hizo en comparecencia ante la Policía a las 01.48 horas del 8 de junio -tres días después-.
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