El tinnitus: la nueva secuela del coronavirus

Hace ya dos años que la COVID-19 llegó a nuestras vidas, y aún son un misterio nuevos síntomas y secuelas de esta enfermedad que van apareciendo a pesar de los avances científicos que se están logrando.

En algunos casos, los primeros síntomas que estipuló la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reconocer al coronavirus ante cualquier otra enfermedad son un simple recuerdo. Estos han variado a la vez que han aparecido multitud de variantes: fiebre, tos seca, cansancio, congestión nasal, dolor de cabeza o de garganta, pérdida del gusto y el olfato...

Algunos de estos síntomas se prolongaban en el organismo a pesar de que la enfermedad había pasado, convirtiéndose en molestas secuelas. Ahora, con la llegada de ómicron y especialmente de su subvariante BA.2, el Instituto de Tecnología de Massachusetts ha descubierto una nueva: el tinnitus.

¿Qué es el tinnitus? A pesar del extraño término, se trata de un síndrome bastante común que afecta al 20% de la población. Consiste en la sensación de escuchar pitidos o zumbidos, aunque no exista una fuente de sonido externa que los provoque.

Muchas de esas personas suelen sufrir tinnitus de forma leve e intermitente. Sin embargo, hay un pequeño porcentaje que lo sufre de forma permanente, por lo que estos pitidos condicionan en gran medida su calidad de vida, puesto que afecta a la capacidad de concentración y de conciliar el sueño.

Habitualmente, estos zumbidos conocidos como acúfenos están asociados a otros síntomas relacionados con el oído interno como el oído lleno, el vértigo o la caída en la audición.

La otorrinolaringóloga Konstantina Stankovic, que comenzó a recibir cada vez a más pacientes con esta patología tras haberse infectado, comenzó a investigar acerca de esta secuela y concluyó que “el virus SARS-CoV-2 podría infectar células del oído interno lo que podría provocar pérdida de audición y tinnitus”.

Dice, además, que este síntoma en principio no se tuvo en cuenta, puesto que los pacientes solían tener complicaciones más graves y no prestaban atención a su salid auditiva.

Sobre el posible tratamiento de esta patología, el doctor José Manuel Morales, también médico especializado en Otorrinolaringología, añade que los acúfenos pulsátiles que se producen por causas vasculares, sí suelen tener solución gracias a la cirugía. Sin embargo, los derivados de la exposición prolongada al ruido son muy difíciles de eliminar.

En estos casos, se puede recurrir a fármacos como los vasodilatadores cerebrales que reducen la intensidad de los acúfenos. La Terapia de Reentrenamiento (TRT) es el tratamiento más efectivo, cuyo objetivo es que los pitidos dejen de percibirse conscientemente. También se puede recurrir un enmascarador, una especie de audífono que emite sonidos de baja frecuencia para “enmascarar” el acúfeno.

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