Dependencias interiores en la UCI del Clínico.

“Lo peor es ingresar a una misma familia”. Así es la dura experiencia de los anestesiólogos del Clínico

Trabajan codo con codo en las ucis junto a los intensivistas: “Cada paciente que despierta es un triunfo del equipo frente al virus”

Lunes, 14 de diciembre 2020, 11:46

Durante años han venido librando una batalla silenciosa para reivindicar que su formación les acredita para trabar en unidades de cuidados intensivos y les ha tocado demostrarlo ‘por las bravas’.

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El 2020 ha ido a buscar a los anestesiólogos a los quirófanos y los ha plantado en las desbordadas ucis para trabajar codo con codo con los intensivistas. “Es una labor que llevamos haciendo desde hace más de 15 años, momento en el que se abrió la nueva unidad de Reanimación. Anestesiología atiende a pacientes críticos tanto COVID como no COVID”, explican desde el servicio.

La principal diferencia que encuentran entre los dos tipos de pacientes radica “en la relación personal con los enfermos”. Y es que para los ‘maestros del sueño’ es muy importante el trato personal con alguien que despierta, pero “los equipos de protección individual limiten mucho la interacción con las personas ingresadas a nuestro cargo”, apuntan.

No todos los servicios pueden decir lo mismo, pero desde el mes de marzo los anestesistas son de los profesionales que están mirando a los ojos al coronavirus. Son muchos meses y pesan: “Anímicamente te afectan todos y cada uno de los pacientes en los que el resultado no es el esperado y tristemente fallecen”, explican, pero coinciden en que “una de las peores situaciones es cuando ingresamos a personas de una misma familia. A veces marido y mujer, padres e hijos, primos o amigos que han estado en algún tipo de reunión donde se produjo el contagio y ves que no evolucionan bien. En estos casos, hablar con los familiares es especialmente duro”.

Pero la moneda también tiene una cara alegra. “Eso es cuando se despierta un paciente y se retira el respirador. Es una alegría para el equipo que le está tratando porque es como un triunfo de todos frente al virus. Es muy gratificante”, confiesa.

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Las imágenes de las ucis y las unidades de Reanimación ponen la piel de gallina: hileras de enfermos intubados y boca abajo. Casi irreconocibles, pero todos ellos tienen su nombre, su historia, y los anestesistas aseguran que “en las unidades de críticos a los pacientes se les conoce por el nombre, pese a que muchas veces hemos podido dialogar muy poco con ellos porque llegan fatigados” y apenas da tiempo a hablar antes de ‘dormirles’. “Se les intenta tratar de una manera rápida, requiriendo muchas veces su intubación y conexión a un respirador, manteniéndolos sedados hasta que comienzan a mejorar”, detallan.

En la mente de los sanitarios está el paciente al que están tratando, pero también los familiares a los que tuvieron que despedir de forma apresurada: “Hacemos videollamadas con las familias y tanto ellos como los pacientes se emocionan mucho. A veces lloran y nos hacen llorar a nosotros. Hay que imaginar el escenario de dejar a un familiar que ha ido empeorando en planta y que ha llegado en tan mala situación como requerir su ingreso en Reanimación. Eso hace siempre que la familia se ponga en lo peor. Poder dialogar y ver que está bien hace que todo el mundo se emocione. Es una parte muy importante en el proceso de curación, no sólo de la persona que está ingresada, sino también de los que se encuentran en casa”.

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La mejoría de la pandemia en la provincia ya se traduce en menos pacientes críticos y eso tendrá un efecto en cadena. Si los anestesiólogos pueden hacer un paréntesis en las zonas COVID el Hospital volverán a estar disponibles en los quirófanos, por lo que el Hospital podrá aumentar el volumen de cirugías, aunque los expertos avisan: este respiro puede durar poco.

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