Las restricciones disminuyen a la mitad el número de denuncias por ruido en Salamanca
Las limitaciones para acceder a domicilios para hacer mediciones redujo el pasado año a 86 los expedientes sancionadores tramitados frente a los 168 de 2020 y los más de 200 de 2019
Miércoles, 9 de febrero 2022, 19:15
En contra de lo que se esperaba tras dos años en los que los salmantinos han tenido que pasar más tiempo en casa debido, primero, al confinamiento, y luego a las restricciones, como el toque de queda o los cierres del ocio nocturno, los expedientes sancionadores a los vecinos ruidosos no han aumentado. De hecho, en 2021 se redujeron a menos de la mitad si se compara con cualquiera de los cuatro años previos a la pandemia. De los 121 expedientes abiertos en 2021 por el incumplimiento de la Ordenanza de protección del Medio Ambiente contra la emisión de ruidos y vibraciones, 86 fueron por exceso de decibelios en viviendas. Esta última cifra contrasta con las 168 denuncias a vecinos molestos que prosperaron en 2020, o las 207 de 2019, según recogen los datos de la Concejalía de Medio Ambiente.
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Esta caída en el número de denuncias a quienes superaron el nivel máximo de decibelios permitido en un domicilio, principalmente en horario nocturno, no significa que la Policía Local haya dejado de acudir a los avisos que se reciben cada día, especialmente en las madrugadas de los viernes, sábados y domingos. Así, este último fin de semana han atendido más una quincena y casi todas después de la medianoche. El motivo de esta reducción, según explican fuentes municipales, está vinculado con las dificultades con las que se han topado los efectivos locales para realizar las mediciones necesarias para tramitar los expedientes, que deben de realizarse desde una vivienda colindante —habitualmente la del denunciante—. Tanto las restricciones para frenar los contagios como las reticencias de los vecinos a que los agentes accediesen a sus domicilios no lo han puesto nada fácil.
Por ello, el Consistorio buscó vías alternativas para castigar este tipo de comportamientos. Especialmente durante el primer trimestre del año, coincidiendo con la tercera ola, las limitaciones a seis, diez, e incluso cuatro, las personas no convivientes que podían reunirse en un vivienda, amparada por el segundo estado de alarma, ayudó a perseguir las fiestas en domicilios particulares. Si bien es cierto que la decisión del Tribunal Constitucional de declarar inconstitucional el segundo estado de alarma decretado por el Gobierno de España impide reclamar las multas que se derivasen de esos expedientes. También el Ayuntamiento de la capital del Tormes recurrió a la Ordenanza de Convivencia Ciudadana para perseguir a los vecinos ruidosos. No resultó tampoco fácil ya que, sin las mediciones de decibelios, la base de las denuncias puede resultar menos sólida. Aún así, los agentes continuaron acudiendo a los domicilios y utilizando las herramientas legales disponibles para “castigar” estos comportamiento incívicos.
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