La inspección de Consumo aprieta a las tiendas: las actuaciones aumentan un 80%

Para constatar el buen funcionamiento del mercado, los inspectores de Consumo de la Junta de Castilla y León ejecutaron el año pasado 823 visitas a establecimientos en Salamanca, lo que supone un incremento del 52,4% con respecto al año anterior, el ejercicio de la pandemia en el que los establecimientos no esenciales estuvieron cerrados durante tres meses. De este trabajo se han derivado 1.185 actuaciones, lo que supone un 80% más que en el ejercicio anterior. Su labor ha sido verificar las condiciones generales de contratación y venta, como la calidad de determinados productos ofrecidos al consumidor a través de tomas de muestras, con independencia de las actuaciones destinadas a comprobar el cumplimiento de las normas de la covid-19. Dado el incremento de la actividad, la toma de muestras también se duplicó, pasando de 24 a 48.

La sección del Servicio Territorial de Economía (antes Industria), también desarrolló acciones encaminadas a controlar la presencia de productos que se encuentran en alerta por ser defectuosos o por suponer algún tipo de peligro. En total fueron 286 las alertas tramitadas, acciones que subieron en todas las categorías excepto en la del control de mascarillas. Así, el artículo que propició más avisos fueron los juguetes, con 115 (45 más que el año anterior). A pesar de la caída de las alertas por la venta de mascarillas, fueron las segundas en cantidad al alcanzar las 51. Llama la atención cómo se dispararon el año pasado las alertas por material electrónico. Si en 2020 eran cuatro los avisos difundidos, el año pasado la cifra subió hasta los 29. A ellos se unen también 14 alertas (cinco más) de pequeños electrodomésticos. También subieron las alertas por vestimenta infantil, que pasaron de un año a otro de siete a nueve, según los datos de la Junta de Castilla y León.

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