La cartelera en Salamanca: el regreso de Jodie Foster y una candidata al Oscar con espía octogenario incluido

Después de unos tiempos algo escasos de estrenos, la cartelera de las salas empieza a entrar en calor. Seis títulos llegan este viernes a las pantallas salmantinas, a lo que se suma un ciclo especial: con motivo del vigésimo aniversario del primer filme de Harry Potter, Van Dyck Tormes recorre de principio a fin la saga de Hogwarts. Tendrá lugar solo los fines de semana, con un pase en versión original y otro en versión doblada. El sábado 20 de marzo será el turno de Harry Potter y la cámara secreta. El domingo 21,El prisionero de Azkaban. Las entradas cuestan 5,50€ (para menores de 13 años, 4€).

Siguiendo en el centro comercial de Santa Marta, la película de la semana se titula The Mauritanian, y supone el regreso de la gran Jodie Foster (El silencio de los corderos) después de varios años retirada. La actriz californiana (1962) acaba de alzar el Globo de Oro por este vibrante thriller judicial del realizador de las espléndidas La sombra del poder y El último rey de Escocia, Kevin Macdonald. Foster encarna a una abogada activista encargada de defender a un preso de Guantánamo acusado de terrorismo. Sin pruebas, cargos ni juicio mediante, pasó 14 años encerrado en la cárcel, donde sufrió abusos y torturas.

El drama que relata The Mauritanian -que opta a 5 premios BAFTA- se basa en hechosreales. Un joven mauritano, Mohamedou Ould Slahi (1970), fue detenido en 2001 como uno de los sospechosos del 11-S, y no recuperó su libertad hasta 2015. El guión, dura crítica al sistema legal de EEUU, adapta las memorias de Slahi, a quien pone rostro el francés de origen argelino Tahar Rahim, que por Un profeta logró el César a mejor actor. Enfrente, un durísimo fiscal que, pese al ansia de vengar a las víctimas de los atentados, conserva cierto sentido de la justicia: Benedict Cumberbatch (Dr. Strange).

En los Van Dyck de Torres Villarroel desembarca hoy una de las joyas del año: El agente topo. Aunque está nominada al Oscar a Mejor Documental, roza los límites de la ficción. La chilena Maite Alberdi agita en su coctelera la cruda realidad, el cine de espías y la pura comedia. Parte de una premisa descacharrante: un investigador privado contrata (y entrena) a un octogenario para que se infiltre en un asilo y compruebe si allí maltratan a la madre de una clienta. Pero al pobre hombre -que no es precisamente James Bond- se le atraviesan las tecnologías, así que recabar pruebas será casi imposible. En cambio, tiene una gran virtud: sabe escuchar. Y no hay nada que agradezcan más los ancianos.

Alberdi (1983), reconocida documentalista (La once, Los niños), recibió el Premio del Público en el último Festival de San Sebastián por este tierno homenaje a la dignidad de los mayores, una generación a la que la pandemia ha golpeado más que a ninguna. Con equilibrio entre los gags desenfadados y los momentos emotivos, denuncia la soledad y la marginación de la tercera edad y reivindica la importancia de los cuidados, la compañía y el cariño.

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