El primer gran estreno de terror del año lleva el sello de James Wan
La tercera entrega de ‘Expediente Warren’ llega a Cines Van Dyck, que también recuperan la obra maestra de Tarantino ‘Reservoir Dogs’ por su 30º aniversario
Viernes, 4 de junio 2021, 19:39
Después de un año de retrasos cinematográficos, poco a poco los títulos comerciales vuelven a las pantallas. El primer gran lanzamiento de terror de 2021 continúa la saga Expediente Warren. Se trata del tercer capítulo centrado en el matrimonio de investigadores de sucesos paranormales, si bien el universo creado por James Wan se ha expandido también en otras direcciones y líneas de tiempo: La monja, en los años 50, o Annabelle y sus secuelas, en los 70. Aquí, Ed y Lorraine Warren se enfrentan en los años 80 a su caso más complicado: un hombre acusado de asesinato se declara inocente y alega que estaba poseído por el diablo. Ellos deberán demostrar que dice la verdad.
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Con las dos primeras entregas de la serie, The Conjuring y El caso Enfield, el prolífico James Wan (Insidious,Saw) marcó época en el género de terror sobrenatural gracias a su dominio de la atmósfera y sus argumentos inspirados en hechos reales. En Obligado por el demonio -que se proyecta desde este viernes en Van Dyck Tormes-, toma el testigo Michael Chaves, que ya estuvo tras la cámara en La Llorona. La crítica elogió su trabajo de puesta en escena, así como la fotografía de Michael Burgess, que repite aquí. El guión lo firma David Johnson, autor de la primera Expediente Warren, de la serie The Walking Dead y de Aquaman. Por lo demás, todo sigue como siempre: una temática siniestra sobre las fuerzas del Mal, una ambientación oscura, golpes de efecto, elevada tensión que desemboca en sustos demoniacos (jump scares)... sin olvidar la química entre sus dos protagonistas, Vera Farmiga (Up in the air) y Patrick Wilson (Juegos secretos).
Por otra parte, este fin de semana Cines Van Dyck celebra un aniversario muy especial: los 30 años del rodaje de una de las mejores óperas primas de la historia. Con Reservoir Dogs, un joven desconocido, sin experiencia ni estudios cinematográficos, pero cinéfilo hasta la médula -y con miles de horas de videoclub a sus espaldas- revolucionó la industria independiente. Este thriller de atracos se saltó todas las reglas del género (el robo ni siquiera se ve) y convirtió en iconos a los trajeados Tim Roth, Harvey Keitel, Steve Buscemi y compañía. Presentado en enero de 1992 en Sundance, más adelante logró premios en Toronto y Sitges. Y lo que es más importante: puso en el mapa a Quentin Tarantino.
Con un presupuesto mínimo (apenas millón y medio de dólares), el guionista y realizador de Knoxville anunció las claves de su cine. Un estilo inimitable que bebía de todos los géneros y maestros y que desarrollaría en Pulp Fiction (1994), Malditos bastardos (2009) o Érase una vez en Hollywood (2019). A saber: más diálogos que acción, humor negro, réplicas ingeniosas, una calculada puesta en escena, una estructura nunca lineal que avanza hacia delante y hacia atrás en el tiempo, una banda sonora pegadiza y usada con mucho tino (inolvidable la tortura al ritmo de Stuck in the middle with you), violencia explícita y cientos de ‘fuck’. El certero montaje de Sally Menke (1953-2010) va al grano en 99 ajustados minutos, una virtud de la que carecía, por ejemplo, Los odiosos ocho. Durante las siguientes décadas, Tarantino se sacaría de la manga un puñado de obras maestras, pero Reservoir Dogs sigue dejando el listón muy alto. Puede verse en versión doblada en Van Dyck Tormes y en inglés subtitulado en Van Dyck.
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