El mejor momento del tomate en todas sus versiones

Con la llegada del verano empieza el reinado del tomate. Una hortaliza que en los últimos años ha evolucionado considerablemente para ofrecer una amplia oferta de variedades que buscan incrementar el sabor, pero también su atractivo captando la atención a través del color. Candi lleva media vida despachándolos. Su frutería ha pasado de tener el tradicional tomate “daniela” a ofrecer otras cinco clases más a los clientes.

En su caso hay dos tipos de consumidores. El restaurante, que echa mano de las variedades clásicas, y el salmantino de a pie, que prefiere la calidad aunque sea más cara. “El tomate de siempre lo vendemos sobre 1,4 euros el kilo y el resto suben a 3,6 euros el kilo. Hay mucha diferencia, pero la gente se los lleva porque tienen muy buen sabor”, explica. Las nuevas variedades se clasifican según el color: tomate negro, raf, rosa, azul...; pero también por el tamaño, como en el caso de los cherry, mucho más pequeños pero con un sabor más dulce; y el pera, con una forma parecida a la fruta.

Pero si ahora las variedades son las más consumidas por le público en general, cuando llegue agosto la venta se dará la vuelta. “Entonces empezarán a venderse los tomates que se producen en las huertas de Salamanca, que ya tienen mucho más sabor y la diferencia se reduce”, subraya Candi. El fruto permanece más tiempo en la planta, donde prácticamente termina su maduración. Por eso su sabor es más intenso que el resto que termina en proceso en las cámaras.

¿Cómo reconocer que estamos ante un producto de calidad? Candi lo tiene claro: por el olfato. La hortaliza además de sabor, también intensifica su olor si permanece durante todo el proceso de maduración en la planta. “El olorcito se nota en seguida y es lo más significativo porque a la vista es difícil diferenciar si un tomate tiene más sabor que otro”, aclara el profesional. Precisamente esta semana ha subido ligeramente el precio de los tomates, pero también el de las limas, que por el incremento de la demanda para la hostería ya se venden a 4,5 euros el kilo. En cambio bajan los calabacines, que se encuentran en 0,85 euros el kilo, y el pepino, que baja a 1 euro. También está más barata la sandía, a 0,65 euros el kilo. El melón se mantiene en 1,5 euros el kilo. Junto a las cerezas, a 5 euros las de mayor calibre, en este momento son los productos con más tirón.

Temas

• Alimentación
• Consumo
• Salamanca