El juzgado de Mercantil y los de Social, los más congestionados de Salamanca al acabar 2019

Los juzgados de lo Mercantil y lo Social en Salamanca son los más congestionados al finalizar 2019 según los datos aportados por el Consejo General del Poder Judicial sobre el balance de resultados anual. El conjunto de los órganos judiciales salmantinos promedio una congestión del 1,37 —cuanto más próxima al 0, mejor es la situación—, una centésima más que hace un año. El descenso en el ingreso de demandas relacionadas con las condiciones de contratación de productos hipotecarios ha permitido compensar el crecimiento en Mercantil y Social.

El primero es el que se encuentra en peor situación. De acuerdo a los datos del máximo órgano de gobierno de los jueces, el Mercantil acabó el año pasado con una tasa de congestión del 2,23, lo que supone seis centésimas más que al final de 2018. En los dos órganos de Social han pasado del 1,51 al 1,58. La desaceleración económica y los anuncios del Gobierno de cambios en la legislación laboral provocaron que muchas empresas adelantaran medidas, como expedientes de regulación de empleo, lo que provocó que en los últimos meses de 2019 entraran más asuntos a los dos juzgados de Salamanca que tratan esta materia.

En el lado positivo se encuentra la mejora de los juzgados de Primera Instancia, sobre todo del encargado de resolver todos los asuntos relacionados con los contratos hipotecarios en la provincia, el número 9. La presentación de demandas continuó durante 2019, pero a un menor ritmo que en años anteriores. Un cambio de tendencia que ha permitido al órgano judicial ganar terreno. Si a principios de 2019 estaba señalando juicios para dentro de un año, ahora lo hace para dentro de 10-11 meses.

La Audiencia Provincial de Salamanca muestra, en cambio, una tónica negativa en el último ejercicio. Tanto en los asuntos penales como en los civiles registra un incremento de la tasa de congestión. Un hecho que el presidente de la Audiencia, José Ramón González Clavijo, ha achado al aumento de recursos, sobre todo de casos relacionados con los contratos hipotecarios, que acaba en sus manos pese a que las entidades financieras tienen la certeza de que perderán el juicio.