Así está afectando el efecto tapón de Shanghái a las empresas salmantinas
La cuarentena del mayor puerto del mundo provoca retrasos en los envíos, así como en los ingresos de los clientes de China
Domingo, 8 de mayo 2022, 18:43
Importadores y exportadores salmantinos sufren ya la reducción de la actividad del puerto de Shanghái, el mayor del mundo. La cuarentena impuesta para evitar contagios ha reducido la actividad del puerto al 30% y, además, los trabajos de carga y descarga se complican porque nadie puede subir ni bajar de los barcos que atracan.
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Esto ha provocado un tapón de más de 500 buques en esta bahía china, algunos con entre 8.000 y hasta 10.000 contenedores que están “bloqueados”. Esto hace temer a las empresas salmantinas que la pesadilla se repita y que se vuelva a producir otra crisis de contenedores que asfixie los intercambios comerciales y dispare los precios.
Desde La Alberca: paralizados los envíos y los cobros
La empresa albercana Embutidos Fermín, una de las salmantinas que comercializa con China, es una de las afectadas por el bloqueo del puerto de Shanghái debido a que tiene en esta ciudad a su principal cliente en el país asiático. “Sufrimos retrasos en un pedido que debíamos haber enviado ya, pero también de pagos que debíamos haber ingresado”, cuenta Santiago Martín, responsable de la empresa.
“Deben estar prácticamente todos los empleados de los bancos teletrabajando. Al parecer desde casa pueden realizar transferencias y otras tareas, pero siempre de carácter domestico. En cambio no tienen fácil hacer transferencias internacionales, por eso no nos llegan los pagos de los clientes, que ya debían haberse producido”, cuenta.
Martín aclara, no obstante, que la situación no es alarmante, dado que su principal mercado es Estados Unidos. La ampliación de la cuarentena en Shanghái también ha impedido viajar al comercial de la empresa que pensaba permanecer en el país dos meses, a pesar de tener ya todo listo, incluso el visado. “Por ahora está todo paralizado y mínimo hasta julio ya no se podrá marchar”, añade Martín, quien envía a China principalmente jamón, embutidos y loncheados.
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Neumáticos: un 20% de la actividad por el puerto
Eustaquio Andrés, presidente y fundador de Neumáticos Andrés, reconoce que la situación de Shanghái también afecta a la actividad de su compañía, aunque en menor medida dado que este puerto solo acoge el 20% del movimiento que ejecuta con China, ya que la mayoría de las transacciones se acometen por Quingdao que, también debido a las cuarentenas por covid, estuvo paralizado durante tres semanas hace un mes. Confiesa que el país asiático es cada vez menos atractivo porque al incremento de los costes de transporte se une que no hay garantías de entrega.
“Hay temor a que se vuelva a repetir el escenario que se produjo con la crisis de los contenedores. Hay muchos container paralizados en Shanghái, teniendo en cuenta que hay barcos en los que puede caber la carga de 20.000 camiones y hay cerca de medio millar de buques”. Su firma ya ha cambiado de estrategia y ahora China solo supone el 60% del origen de los productos que importa, “el resto ya lo gestionamos con otros destinos, el fabricante europeo ha ayudado mucho con segundas y terceras marcas de neumáticos a precios muy similares y de muy buena calidad”.
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Reconoce que la situación internacional ha provocado una caída “importante” de las importaciones en general. “Pero ahora nos ha fallado Rusia, que ya estaba sustituyendo a China en el suministro de acero, cereales y otras materias como el níquel”.
Sobre seguro: los proveedores piden el doble de mercancía
César Redondo, director de la empresa salmantina Maes Honey, reconoce que en este momento no le afecta el bloqueo del puerto de Shanghái, pero lamenta que el comercio exterior y la actividad empresarial en general trabaja en una inestabilidad “brutal”. Se queja de que “cuando no falla una cosa falla la otra y así llevamos dos años”.
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Redondo, que gestiona un negocio con un importante peso exterior, explica que para garantizar el suministro constante de productos los negocios intentan elevar el almacén, “los proveedores ya nos exigen adelantarles producto para trabajar sobre seguro y no caer en rotura de stock”. Los problemas de transporte, la inflación desbocada, el incremento del precio de la energía y ahora la guerra de Ucrania complican la actividad empresarial.
Con la subida de la energía las fábricas de vidrio ya solo producen grandes partidas, a partir de 100.000 unidades. A esto se une que ya no llega el 20% del vidrio que se producía en Ucrania. De este modo, quedan fuera los tarros de un kilo que utiliza el sector de la miel en el que opera Maes Honey. “Ahora tendré que utilizar botes de PET (plástico) porque no hay de cristal y puede que pierda algún cliente”, teme Redondo. Advierte de que las empresas que no tengan capacidad de almacenaje y necesiten surtirse mensualmente lo van a pasar especialmente mal con los problemas que se han generado en Shanghái.
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