Más matraca, vuelta la burra al trigo y siguen mareando la perdiz. Cualquiera de las tres frases anteriores sirve para definir lo que ha sucedido ... durante las últimas jornadas a cuenta de la desavenencias entre los dos gobiernos en minúscula que forman el Gobierno con mayúsculas. De entrada, que si la situación era insostenible y que estaba a punto de estallar y, de salida, que si se habían vuelto a medio arreglar. En mi opinión, y lo he escrito con anterioridad en estas mismas páginas, Sanchez e Iglesias sólo están de acuerdo en dos puntos. El primero, en que deben mantenerse en el poder y para eso necesitan ir de la mano. Y el segundo punto en el que coinciden es que, estando de acuerdo en el primero, están en desacuerdo en todo lo demás. Por eso vamos a asistir a situaciones similares a la de los últimos días en muchas ocasiones a lo largo de los próximos meses.
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¿A dónde van Sánchez y sus sanchistas sin el apoyo a medias de Iglesias y los suyos? Pues la legislatura se pondría muy cuesta arriba y se convertiría en un suplicio, salvo que al final hubiese un Pacto de Estado con el PP. Y también hay que preguntarse a dónde irían Iglesias, los podemitas y comunistas varios incluidos en esa amalgama, sin colaborar con Pedro y los suyos. Pues fuera del poder, por supuesto. Y eso son palabras mayores, después de estar dentro y haber pisado sus mullidas alfombras, además de disfrutar de otras bagatelas (en sentido irónico, porque no lo son el sueldo, coche, despacho oficial, los escoltas y el BOE) varias. Así que toca aguantarse, por lo menos en este momento.
Ahora bien, lo que está claro es que esa alianza tiene fecha de caducidad. ¿Cuándo llegará ese momento? Pues cuando sea del interés de alguno de los dos grupos o lideres citados anteriormente. Porque no hay que olvidar que ambos luchan, en gran parte, por el mismo electorado. Dado lo poco que trabaja en tareas de gobierno el líder de Podemos y de su afición a las series como “Juego de Tronos”, me imagino que ya estará haciendo sus cábalas, que irán cambiando en función de los acontecimientos. Otro tanto se puede decir de Pedro Sánchez y de su estratega, experto en ajedrez, Iván Redondo, que andará con los movimientos de piezas para ver cómo da jaque mate en función de su interés electoral. Solo en ese momento se producirá la ruptura y entonces escucharemos por boca de unos y de otros sus respectivos memoriales de agravios, incluso con palabras gruesas. Y mientras ellos están en eso, el país, también llamado España, como se decía en la época de La Transición, se desangra sanitaria, económica y políticamente.
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