Las trampas de Trump

Viernes, 13 de noviembre 2020, 04:00

En 2018, el Campeonato anual del Trump International Golf Club de West Palm Beach fue ganado por Ted Virtue, un notable ejecutivo de una ... firma de inversiones de Nueva York. Cuando el dueño del campo se enteró de la noticia, acosó a Virtue diciéndole que sólo había vencido porque él, gobernando el país más poderoso del planeta, había estado demasiado ocupado para competir. Convencido de tener razón, Trump sometió a Virtue a un partido de nueve hoyos para decidir al verdadero campeón. Adivínese quién triunfó al término del recorrido.

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Quien es aún presidente de los Estados Unidos no está acostumbrado a perder. Por eso se niega a reconocer su derrota y, escoltado por una caravana de Suburbans de cuatro toneladas cada una, sobrealimenta su ego con los vítores que le brindan sus incondicionales cuando se dirige a otro de sus muchos campos de golf para fingir que se relaja. Cuentan que en los greens de Virginia se desahoga defenestrando a aficionados. En otras circunstancias, hubo quienes fueron felices pescando salmones de cultivo o cazando osos noqueados con vodka

Donald Trump vive hoy una ridícula rabieta propia de un niño malcriado. Sus hijos le apoyan en sus acusaciones infundadas de fraude. Quizá albergan la esperanza de convertir a su país en una de esas repúblicas hereditarias como Siria, Cuba o Corea del Norte. Primer Presidente anaranjado de una república multirracial, Trump afronta su desahucio sembrando discordia entre sus conciudadanos, igualando una democracia casi dos veces y media centenaria con esas dictaduras bananeras de las que tanto abomina y, al final, pretendiendo lograr del Tribunal Supremo una resolución prevaricadora. ¿America first?

Actualmente, demasiados políticos juegan a ser Trump. Unos están en el poder y otros quieren alcanzarlo, pero todos comparten las mismas artimañas autoritarias y basan su discurso en el engaño a su ciudadanía, a la que prometen la gloria del imperio que perdieron o al que aspiran, y entre la que cuentan con una legión de ignorantes acomplejados que intoxican las redes. Es un grave riesgo que en Estados Unidos circule el 42% de las armas que poseen los particulares en todo el mundo. También lo es que su Presidente disponga del botón nuclear. Acierto y suerte le deseo al nuevo equipo, por el bien de todos. Les queda un enorme trabajo.

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