A hacer cola

Al Gobierno de Pedro Sánchez se le llena la boca hablando de digitalización, pero a la hora de la verdad la informática brilla por su ... ausencia y los ciudadanos tienen que armarse de paciencia y hacer cola si quieren beneficiarse de sus ayudas.

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Bien lo saben los numerosos pasajeros que el pasado miércoles tuvieron que dedicar buena parte de su tiempo a hacer cola en la estación de tren de Vialia para adquirir los abonos gratuitos de tren de Renfe. Si hacen memoria seguro que recordarán que la compañía ferroviaria publicitó la necesidad de registrarse en su página web para poder validar los billetes sujetos a esta nueva medida, sin embargo, apenas insistió en la letra pequeña: la recogida de los abonos es sólo presencial. Así que tocó hacer cola y esperar. Las colas para obtener el ticket que permitirá viajar entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de forma gratuita en los Media Distancia, que hay que recordar que tardan tres horas en conectar Salamanca con Madrid, se extendieron desde las taquillas de la venta de billetes hasta el exterior de la estación de tren de Vialia. Y es que a los salmantinos no nos queda otra que conformarnos con los lentos trenes pues Salamanca es, junto con Ávila y Soria, una de las tres capitales de Castilla y León sin conexión de Alta Velocidad con Madrid. Lo más rápido que tenemos son los Alvia, pero sólo hay tres frecuencias, ¿dónde está la cuarta que nos han robado con la excusa de la pandemia? Además, tampoco estos trenes son lo esperado, pues el viaje dura 96 minutos, 12 más de los planteados en su inauguración.

Sin unas buenas conexiones Salamanca no puede “pelear” en igualdad de condiciones con otras ciudades para atraer más congresos internacionales, para fomentar las reuniones científicas mundiales, para aumentar la llegada de turismo a nivel internacional, para subir el número de estudiantes procedentes de otros países y otras tantas y tantas actividades que podrían dinamizar la economía, pero que requieren de una conexión rápida con Madrid, ciudad en cuyo aeropuerto aterrizan la mayor parte de los ciudadanos extranjeros que visitan España. No me meteré ahora con el tema del infrautilizado aeropuerto de Matacán.

¡Menos mal que Salamanca tiene encantos suficientes como para que a los turistas internacionales no les importe viajar tres horas en tren para ver la ciudad! ¿Se imaginan cuántos turistas más podrían llegar a la ciudad y la provincia si disfrutásemos de las conexiones ferroviarias que tiene, por ejemplo, Valladolid?

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No me gusta ser de las personas que sólo ven el lado negativo de las cosas, pero Pedro Sánchez y su Gobierno no han favorecido en nada a Salamanca. Sus anuncios no solo no nos benefician, sino que en más de una ocasión nos perjudican. Lo último ha sido que Moncloa ha dejado fuera a Salamanca de la agenda de la Presidencia Europea. Sin duda, la ciudad ha demostrado en varias ocasiones su capacidad para acoger este tipo de eventos y seguro que el Gobierno ha recibido propuestas concretas para que formase parte del elenco de ciudades que albergarán las reuniones de ministros y jefes de estado, pero, salvo cambios de última hora, Salamanca no será escenario de ninguno de estos encuentros.

Sólo nos falta que la ministra para la Transición Ecológica del Gobierno de España, Teresa Ribera, corte la iluminación nocturna de nuestro rico patrimonio. ¿Pueden pensar en la Plaza Mayor de Salamanca sin la bella iluminación que cada noche provoca la admiración de las numerosas personas que disfrutan de sus terrazas?

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Nuestros políticos tienen que pensar y repensar las medidas que ponen en marcha antes de imponerlas porque el mal producido puede ser mucho mayor que el beneficio. Las decisiones deben sopesarse y, sobre todo, consensuarse con los posibles afectados, peso eso es algo a lo que no están acostumbrados Sánchez y sus secuaces.

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