Parcela recién cosechada con la paja ya en 'baraño' para empacar.

El dramático año para la paja salmantina pese al cosechón recogido

El precio cae hasta los niveles de 2013 pero la mayoría de ganaderos todavía no necesita por lo excelente del año en pastos

Miércoles, 8 de julio 2020, 19:56

Si la cosecha de grano es muy buena -no excelente por las altas temperaturas de mayo- a la de paja le ocurre lo mismo, con abundancia por encima de un año normal y precios muy bajos en relación a los últimos años. En concreto, el actual de la Lonja Agropecuaria de Salamanca -32 euros- apenas cubre costes de producción y hay que remontarse hasta 2016 para ver una cotización semejante. Hace un año, con una cosecha pésima de cereal, cotizaba a 66 euros y en 2018, a 64, y el anterior, en 2017, a 67.

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Pero esta abundancia no es un problema. Los agricultores mantienen que por hectárea se obtienen en Salamanca, en función de la productividad de las zonas, entre 3.000 y 5.000 kilos por hectárea, con la comarca de La Armuña como la más fuerte, cuando años como el pasado era difícil superar los 2.500. De los 2-3 paquetes -cada uno de 300 kilos- por hectárea que se recogían hace un año en muchas tierras, esas mismas han pasado a dar 9 o 10, lo que permite a los productores compensar con kilos la caída del precio. Además, la paja es un subproducto que la mayoría de agricultores se toman como el “extra” de la cosecha.

Sí es prioritario para los ganaderos y, por lo tanto, esencial para una provincia como Salamanca. Ahora los que tienen capacidad cierran compras para garantizar el abastecimiento del año y otros esperan porque saben que, a diferencia de lo que ha ocurrido en campañas pasadas, esta vez no les va a faltar. Con relación a otros años tienen además la ventaja de que ahora son pocos los que la necesitan para el ganado porque el año ha sido excelente en pastos y aún queda hierba seca.

Los compradores de paja de Salamanca tampoco están preocupados por el exceso de cosecha y el previsible descenso de consumo. Es el caso de los Chuchis, de Pedrosillo el Ralo, que no le da más importancia a la abundancia o de José Manuel Sánchez, de Las Torres, que mueve cada campaña unos 20 millones de kilos de paja y sigue trabajando con los agricultores de siempre. La ventaja de ellos con respecto a los ganaderos es la mayor capacidad de almacenamiento que les permite guardar la paja durante dos años y no como la mayoría de productores, que saben que si compran es como mucho para la campaña.

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