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Brindis con vino y aguardiente en la Fiesta de la Matanza Tradicional de Barruecopardo

Alcalde, concejales y matanceros de honor lucen su medalla en torno a los 240 kilos de marrano bajo un cielo encapotado

S. Dorado

Barruecopardo

Sábado, 6 de diciembre 2025, 14:13

Como marca la tradición en la fiesta matancera de Barruecopardo, enmarcada en el circuito de la Diputación de Salamanca, los rostros protagonistas de esta edición partían esta mañana desde el Ayuntamiento guiados por el tamborilero, luciendo la cazadora temática del festejo y complementados con la habitual boina y el bastón.

En compañía del alcalde, Jesús María Ortiz, este año desfilaban con orgullo el jefe de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, Javier García Presa; el diputado de Economía y Hacienda y alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias Caridad, quien llevó consigo al concejal mirobrigense José Manuel Jerez; el diputado de Asistencia a Municipios y Salamaq, Santiago Castañeda; y un representante de la Peña Los Piraos, ya que siempre hay una peña entre los nombramientos.

También se nombró matanceros de honor a los portavoces del PP y el PSOE en el Ayuntamiento de Barruecopardo, el popular Julio Romo y el socialista Luis García, “el único del partido en el Consistorio”, tal y como señaló con sorna, pero con cariño, el propio alcalde durante el brindis con él.

Una vez en el descampado en el que el marrano, de 240 kilos o 21 arrobas, según la medida de peso elegida, aguardaba junto al público asistente, en una larga mesa cuya escena recordaba a “La Última Cena”, los protagonistas se dispusieron al brindis y a la imposición de la medalla, aceptando el cargo que el alcalde les ofrecía como matanceros de honor.

Ante la elección de brindar con vino, aguardiente o con ambas, los aludidos no dudaron, uno a uno, en escoger las dos bebidas, por lo que el alcalde tuvo que degustar una buena cantidad de tragos de vino y aguardiente. Él mismo aprovechó la ocasión para pedir a algunos de los matanceros de honor “más dinero para Barruecopardo y la concentración parcelaria”.

Mientras tanto, las mujeres del pueblo repartían perrunillas de distintos tipos a los presentes, así como vino, a la vez que los hombres chamuscaban y raspaban el cerdo. Cateja Teatro, de La Alberca, llevó a su maestra de ceremonias para amenizar una mañana que amenazaba a través de un cielo gris.

Una degustación de hígado, el despiece y la subasta de piezas, y una comida a base de patatas meneás, chichas, panceta y otros manjares redondean una próspera fiesta que sigue con una intensa tarde de discoteca y encendido navideño, y es que los adornos ya conquistaban la Plaza del Ayuntamiento.

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