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El ganadero al que le nacieron siete corderos de una oveja: «Otros abandonarían»

Javier Amaro lucha por sacar adelante las seis crías que le quedan de la oveja y las cinco que parió otra

Susana Magdaleno

Salamanca

Jueves, 11 de abril 2024, 06:30

La situación que vive Javier Amaro desde el pasado domingo es compleja: una oveja le había parido hacía unos días 5 corderos, que es algo extraordinario, y esa jornada de otra nacieron 6. Un día después, este lunes pasado, al notar que la segunda oveja seguía inquieta, vio que lo que le ocurría es que aún tenía un séptimo cordero. Cuando lo sacó, ya era demasiado tarde y nació muerto. El «milagro» de ver nacer 7 corderos de una sola oveja y 5 de otra y juntarse en unos días con 11 corderos vivos de dos ovejas ha ocurrido en una pequeña explotación de Navasfrías, en concreto, en un corral doméstico por su reducido tamaño.

Desde este lunes, Javier Amaro reconoce que no le da el tiempo porque, de repente, se ha encontrado con que una de sus prioridades es que los 11 corderos consigan salir adelante. Las dos madres son ovejas de raza pelibuey, que destaca por ser muy prolífica, pero aún así «lo normal -dice Hipólito Cuesta, gran conocedor de ella- es que paran 2 ó 3 corderos». «Lo malo no es parirlos, es criarlos», explica este salmantino con un pequeño rebaño de pelibuey en Cabrerizos, y matiza «que la oveja tiene dos tetas y da de sí lo que da. Al final lo importante no es tener muchos, sino los que sacas adelante».

Bien lo sabe ahora Javier Amaro, que está a tope con el biberón. «Les damos ahora leche, pero que no pierdan contacto con la teta, así que los ayudamos». Confía en que pronto comiencen a comer pienso de leche especial «y entonces ya se criarán sin problema», dice. «Lo único, que en ese momento hay que tener cuidado porque golpean mucho al ser tantos y le pueden originar mamitis. A la madre se le dejan entonces los dos que estén más flojos y el resto, se destetan», explica.

Javier tiene claro que esto que le ha pasado a él está bien si no estás muy apurado en tu trabajo. «Si esto le cae a uno que tenga muchas ovejas, abandona», dice. «Esto es una cosa curiosa pero para un jubilado porque si te pilla en una época de mucho trabajo, lo pasas mal», explica. «Ganaderos de ovejas me decían que cuando a ellos les parían tres ya era un problema, que lo mejor son dos: cada uno en su teta», dice.

Sin haber vivido un parto tan múltiple, Hipólito Cuesta coincide con él. «Los excesos son malos y este número es una barbaridad», explica, y advierte de la cantidad de biberones y de pienso para criarlos, lo que ya sabe bien Javier.

Los 11 corderos comparten padre, que es un carnero también de raza pelibuey que tiene Javier en su corral doméstico. La raza pelibuey se caracteriza por ser de las mejores cárnicas, y es heredera de la antigua oveja castellana, que desbancó la merina. «Subió el precio del vellón de lana y la merina daba corderos y lana y cayeron en el olvido», cuenta. Son ovejas muy fértiles y precoces.

Javier ya ha recibido peticiones por sus corderas. Reconoce que ahora no está para pensar en eso.

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