John Mavrak, presidente de Peace City World, en LA GACETA: “No queremos convertir Salamanca en Dubai, ¡eso es una locura!”
El empresario asegura que el “gran proyecto” sigue adelante en Salamanca
Tras una semana intentando contactar a través de correo, llamadas y WhatsApp con el presidente de Peace City World, John Mavrak, este jueves LA GACETA logró hacerse hueco -tan solo 10 minutos bajo petición del entrevistado- entre su apretada agenda de “reuniones”. Sus encuentros de negocios, según se disculpó en numerosas ocasiones, le impiden tener más tiempo y haber contestado antes. No obstante, Mavrak agradece esta oportunidad para asegurar ante los salmantinos e inversores su confianza en el proyecto de inversión millonaria en la ciudad y la provincia.
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Los grupos políticos están dando a entender que Peace City World es un timo, una estafa, ¿qué opina al respecto?
—Básicamente hemos visto lo que ha aparecido en algunos medios en España. Yo no he hablado con ningún partido político y ninguno nos ha dicho eso a nosotros. Diré que Peace City World está trabajando duro para lograr un proyecto fantástico para atraer empresas a Salamanca y para lograr un futuro mejor para los ciudadanos.
¿Quiere decir que ni el Ayuntamiento de la ciudad ni los de los municipios se han puesto en contacto con ustedes?
—No hemos tenido esa comunicación, lo que hemos oído ha sido por la prensa. Nosotros continuamos como acordamos con los municipios.
“Es fácil encontrar quiénes son los jeques, son embajadores y solo vestían con la ropa típica de sus países”
Algunos medios han publicado que los jeques estaban disfrazados y no eran quienes decían ser.
—Este asunto no creo que vaya a perjudicar a Peace City World porque eran gente real, acudieron al congreso como invitados. Estaban vistiendo la ropa tradicional que visten en sus países y es muy fácil encontrar quién son. Todos ellos son embajadores. Creo que lo que se muestra en los medios es falso y realmente me cuestiono cómo ha podido pasar todo esto tan solo un día después de que el congreso hubiera terminado. Son gente de negocios y representan al tipo de gente que invitamos al congreso porque están cualificados y pueden considerar invertir en Salamanca.
¿Hay alguna inversión o contrato cerrado en Salamanca?
—Tenemos un inversor sólido, pero esto es un proceso nuevo y toma tiempo. Estamos en el proceso de hablar con muchos inversores, pero hay que tener en cuenta que antes del congreso en Salamanca no teníamos permiso para hablar a nadie sobre las inversiones en el Peace City World.
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“No hemos hablado con ningún ayuntamiento, lo único que sabemos es por la prensa”
¿Cuál es el próximo paso a dar con el proyecto en Salamanca?
—Estamos empezando a hablar con grandes inversores y esperamos que el tornado de los medios de comunicación no lo destruya. Peace City World es un proyecto en Salamanca y los medios deberían respetar a la gente que quiere invertir en el futuro. El siguiente paso es administrar y organizar esto, es un largo proceso, debemos ponernos de acuerdo y empezar a trabajar en los detalles con colaboración. Hay muchos inversores que están buscando aportar dinero a este tipo de proyectos. Otro paso es encontrar empresas que quieran formar parte de él.
Todas las empresas que aparecían en la página web de Peace City World han desaparecido de ahí, ¿qué ha ocurrido?
—Es simple. Estuvimos forzados a eliminarlas porque estaban siendo atacadas por la prensa. Y estas empresas y otras adicionales aparecerán de nuevo una vez que la tormenta de los medios y los mensajes negativos desaparezcan.
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“El siguiente paso del proyecto en Salamanca es hablar con muchos inversores, es un proceso largo”
Usted que conoce Salamanca, ¿no cree que el proyecto, con telesillas y tranvía entre otras cosas, resulta un poco fantasioso?
—Diría que no, porque nuestra presentación fue una idea conceptual. Todo proyecto comienza con un concepto. Muchas ciudades y empresas alrededor del mundo buscan un nuevo modo de transporte. Salamanca y su población tienen que quererlo, así como los inversores.
Durante el progreso comparó Salamanca con Dubai y con el desarrollo urbanístico realizado en los Emiratos. Parece que ya no le gusta tanto el símil, ¿por qué?
—La comparación puede hacerse con cualquier ciudad en el mundo, porque puedo comparar Salamanca con Nueva York o Londres, pero no significa que queramos ser como Nueva York, Londres o Dubai. Salamanca es única. Lo que recuerdo decir es que Dubai tardó 45 años en desarrollarse, empezó de la nada y, ¡mira ahora!. Esto debería animar a la gente de Salamanca porque ya se ha empezado por algo. Se ha empezado con una Universidad ‘top’ y una gente muy válida, también en un país preparado para estos proyectos. En eso consiste la comparación, no significa que queramos convertir Salamanca en Dubai, ¡eso es una locura!.
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