Estos son los fondos para restaurar la iglesia salmantina que no celebra misas

Es menos de lo solicitado, pero más de que recibió el año pasado, en el que le fue denegada la ayuda. El Ministerio de Cultura aportará 29.500 euros a la restauración de las cornisas y balaustradas de la iglesia de San Millán, actual centro de interpretación del patrimonio “Monumenta Salmanticae”. La propuesta de resolución provisional de las ayudas anuales para proyectos de conservación, protección y difusión de bienes declarados patrimonio mundial publicada por el departamento de José Manuel Rodríguez Uribes incluye este proyecto del Ayuntamiento de Salamanca como uno de los 25 seleccionados, entre los que se repartirán 470.000 euros de la convocatoria.

El Gobierno de Carlos García Carbayo había solicitado la cuantía máxima permitida, 50.000 euros. Recibirá un 40% menos, pero, aún así, es el sexto municipio español que más dinero obtiene. Estos fondos cubrirán más de una tercera parte del presupuesto previsto para rehabilitar el templo desacralizado de la calle Veracruz, que los técnicos municipales estiman en 75.735 euros. El pasado año, Cultura denegó los menos de 14.000 euros que el Consistorio pidió para impulsar “Salamanca desaparecida”, una exposición de carácter permanente sobre el patrimonio histórico perdido, especialmente durante la Guerra de la Independencia, y con la que se quiere dotar de mayor contenido cultural al museo del Cerro de San Vicente.

Rehabilitada en 2006 para convertirla en un recurso turístico y cultural de la ciudad, la iglesia de San Millán sufrió a principios de 2018 desprendimientos en la cornisa. Para frenar el deterioro provocado por las lluvias y el viento, no solo en la cornisa, sino también en la balaustrada y algunos zócalos, el Ayuntamiento encargó un proyecto de obras para la conservación de este edificio con catalogación integral en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) por su valor histórico-artístico. Entre las actuaciones que se acometerán, se encuentra la limpieza de la cantería histórica en seco eliminando manualmente los residuos que puedan resultar dañinos; la restitución de las piezas de las cornisas que se encuentren dañadas reconstruyéndolas volumétricamente; la sustitución de la parte de la balaustrada más deteriorada, y la consolidación de los pináculos. A todo ello, se sumará la instalación de un “babero” de plancha de plomo para proteger la zona superior del edificio de la erosión y las humedades generadas por las aguas pluviales, así como la colocación de canalones y bajantes de cobre y de una red antipalomas y la consolidación de los restos originales de piedra mediante un producto que permita la transpiración del agua.

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