¡Carnaval, carnaval!

Viernes, 21 de febrero 2020, 04:00

Es tiempo de Carnaval. Las celebraciones llevan ya unos cuantos días. Por ejemplo, el martes pasado, con una semana de antelación al día grande, se ... coló en la sede del Ministerio de Trabajo un varón con una coleta y vestido de forma muy parecida a la del vicepresidente del Gobierno y ministro de muchas cosas (la Agenda 2030 entre ellas, que no sé muy bien lo que es), Pablo Iglesias. Logró pasar todos los controles de seguridad y se metió en la reunión con las organizaciones agrarias, a cuyos representantes pidió que apretaran más al Ejecutivo en las protestas que llevan a cabo. A su lado había una mujer que se había vestido y peinado como la ministra de Trabajo, vamos que era idéntica a ella, que asentía a lo que decía el anterior y también pedía que apretasen. Y allí que estuvieron los dos, sin que los servicios de seguridad correspondientes detectasen la suplantación.

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Hay algunos amigos a los que he relatado lo anterior y me dicen que estoy equivocado, que lo sucedido no era una celebración de Carnaval, que los que estaban allí eran el propio Pablo Iglesias y su acólita la ministra de Trabajo. Insisten en que eran los de verdad. Pero yo no me lo creo. Eso es imposible por mucho Carnaval que celebremos. No concibo a todo un vicepresidente del Gobierno animando a un colectivo a manifestarse contra el mismo Ejecutivo del que es miembro. Eso no se produce ni en el Carnaval más famoso del mundo. Todos con los que he hablado del asunto deben estar equivocados. ¿O no? Porque uno de mis interlocutores me recordó que semanas atrás el propio ministro de Agricultura dijo en varias ocasiones que los agricultores y ganaderos tenían razón en sus protestas. Vamos, que se puso al frente de la manifestación. Pero es que pocas horas después el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo lo mismo y dio la razón a este colectivo, que lleva ya más de un mes “de marcha”, dicho sea con todos los respetos.

Pero, insisto, mis amigos deben de estar en un error, porque, si los máximos representantes del Gobierno dan la razón a los manifestantes, se supone que a continuación se habrían puesto manos a la obra para atender sus reivindicaciones y buscar soluciones. Sin embargo, no ha sido así. A fecha de hoy, un mes después de que comenzase “la tractorada del siglo”, no hay ni una sola medida concreta de apoyo encima de la mesa. Osea, que como estamos en carnaval, ni Iglesias era Iglesias, ni la ministra de Trabajo era ella, ni Planas era Planas, ni Sánchez era Sánchez. Eran miembros de una chirigota o comparsa disfrazados.

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