«Ahora se tatúan hasta los policías y los jubilados»
La evolución del tatuaje como forma de expresión artística, mitos que desaprender, y la popularización de la línea fina entre todas las edades; lo más importante acerca de esta moda corporal
Vega Herrero
Salamanca
Martes, 29 de julio 2025, 11:49
Los tatuajes son una forma de expresión artística con miles de años de tradición a sus espaldas. Dependiendo de la cultura y momento histórico, han tenido diversos usos, como marca de pertenencia a una tribu, protección religiosa o incluso como indicador de roles sociales y estatus. Hoy día, cada vez son más quienes, independientemente de su edad o profesión, se desentienden de prejuicios y estigmas y se suman a esta moda.
Eduardo Mateos González lleva tatuando diez años, y así lo afirma: «cuando yo empecé, no había tantos clientes de todas las edades. Tampoco de todos los tipos. Se ha democratizado». A esto añade que «antes era para gente más del underground o más relacionada con ciertas escenas estéticas, o con las subculturas, y ahora se tatúan hasta los policías locales y jubilados».
Como en cualquier forma de expresión artística, hay modas, y Eduardo indica que en Salamanca «lo que está popularizado, es el estilo de fine line, o sea, línea fina y cositas pequeñitas». Pero, a pesar de su popularización, aún hay mucha desinformación que desaprender. Por ejemplo, «hay muchos mitos que dicen que en verano no se puede tatuar uno, pero no son reales, en verdad da lo mismo cuando te tatúes», afirma Eduardo. También desinformación acerca de sus cuidados, cuando lo ideal es «dejar secar tres días lavándolo con jabón pH neutro y aclarando con agua tibia, sin contrastes de calor a frío, y siempre secarlo con papel de cocina. Y después, durante quince días, lavar tres veces al día y aplicar crema regenerativa», aconseja el profesional.
Eduardo Mateos está especializado en tatuaje tradicional americano -Old School- y japonés, aunque en su estudio también trabajan otras técnicas como fineline y dotwork, o estilos como blackwork e ilustración. En las primera fotografía, vemos un diseño de espalda completa en un estilo japonés tradicional. Concretamente, el rostro de Mahakala, una deidad protectora dentro del budismo tibetano, rodeada de cráneos, llamas y serpientes.
