La especie vulnerable liberada en Villar de Gallimazo tras un accidente con una cosechadora
Voluntarios del centro de recuperación Las Dunas liberan un aguilucho cenizo

Voluntarios del centro de recuperación Las Dunas han vivido esta semana el gratificante momento de liberar a una hembra de aguilucho cenizo, especie considerada como vulnerable, y que siendo aún pollo sufrió la acción de una cosechadora perdiendo algo tan esencial para su vida y su libertad como son las plumas.
La zona entre el azud de Riolobos y la localidad de Villar de Gallimazo, donde precisamente se produjo el incidente con el nido a principios de verano coincidiendo con el inicio de la cosecha de cereal, fue la misma en la que la hembra de aguilucho cenizo fue liberada este martes.
“El aguilucho cenizo anida en España en los campos cerealistas por ser las zonas más abiertas pero a su vez se enfrentan a los problemas con sus depredadores naturales como son el jabalí, el zorro o el milano negro y también a la acción de las cosechadoras ya que cada vez se adelanta más el ciclo del cereal, no da tiempo a que los pollos salgan a volar y, por desgracia, se producen estas situaciones. En este caso, la hembra tuvo suerte y sólo perdió las plumas pero muchas veces el desenlace es la muerte del animal”, explicó Daniel Hernández Alonso, voluntario del mencionado centro.
Un agente medio ambiental de la Junta entregó al pollo herido en Las Dunas, y posteriormente fue trasladado de manera temporal al CEA (Centro de Educación Ambiental) gestionado por el centro Lorenzo Milani, donde se recuperó con otros aguiluchos cenizos que ejercieron como nodrizas. En las etapas finales, el ejemplar regreso al centro de recuperación, terminando la puesta a punto para volver a volar libre. Tras la evaluación del equipo de Las Dunas, se organizó la liberación con la participación de la Junta de Castilla y León. “La especie emigra al África subsahariana para pasar el invierno entre mediados de agosto y octubre por lo que esta época era la más apropiada para soltarla. El ave ha sido, también, anillada para facilitar el seguimiento si vuelve a avistarse en cualquier lugar”, añadió Daniel Hernández.
En los años 2006 y 2017 la población de aguilucho cenizo bajó un 23 por ciento y a pesar de las campañas que se hacen anualmente para su protección, son numerosos los nidos que se destruyen en los campos de cereal bajo las máquinas. Tres meses de atención diaria y de cuidados en el “hospital” para estas especies tuvieron el mejor regalo viendo surcar al ave el cielo de la comarca peñarandina.