Derroche de adrenalina en las calles de Cantalpino

Las calles de Cantalpino fueron ayer el escenario del derroche de adrenalina producido por la presencia y la bravura de tres grandes toros de 5 años cada uno. Numerosas personas quisieron disfrutar de la jornada taurina organizada por la asociación cultural taurina de Cantalpino y el propio ayuntamiento.

Numeroso fue el público que no se quiso perder el festejo cantalpinés pese a la probabilidad de lluvia por tormenta. Por suerte unos litros de precipitaciones cayeron por la mañana, regando los tramos de arena, dispuestos para facilitar el tránsito del ganado. El agua caída facilitó el encierro y el buen tiempo acompañó por la tarde, aunque el sol apretaba donde no había sombra.

Los enormes astados contribuyeron en la espectacularidad del evento, sin embargo su gran tamaño quizá restaba agilidad al acto tras una salida del cajón y unas primeras carreras impactantes.

Los asistentes se llevaron el recuerdo de enormes reses, poco vistas en este tipo de festejos en pueblos del entorno. El atractivo del festejo taurino volvió a actuar de aliciente para atraer y congregar abundante juventud en una de tantas localidades dañada por la sangría de la despoblación rural, como una leve vitamina de confianza para aquellos que van perdiendo las esperanzas. Además de para contemplar el arte de los valientes cortadores y recortadores, sirvió como excusa necesaria para el reencuentro con vecinos, amigos, conocidos o desconocidos. Sobre todo las asociaciones taurinas, tan de moda en estos tiempos, promueven ese entendimiento entre personas de diferentes lugares unidas por su empeño en el fomento del festejo taurino.