El método definitivo para mantener tu casa ordenada

Si te has interesado por el orden en alguna otra ocasión, es posible que te venga a la mente Marie Kondo, que ha pasado toda su vida investigando la ciencia de la organización para conseguir que nuestro entorno se mantenga en armonía. El “método KonMari”, que se ha convertido en un auténtico fenómeno viral, está formado por una serie de pautas que te ayudaran a colocar de forma correcta desde la cocina hasta la montaña de papeles almacenados en tu escritorio. Para saber un poco más te damos cinco claves con las que conseguirás vivir en armonía, más feliz y de forma organizada.

Tira todo lo que no te hace feliz o tiene un verdadero sentido profundo para ti, pues no tiene ningún sentido almacenar productos que no nos aportan alegría. Tendemos a comprar compulsivamente artículos a los que rápidamente dejamos de prestar atención. Son todos ellos los que debemos donar o tirar, pues acumularlos solo nos quitará espacio, que podrían ocupar otros objetos a los que verdaderamente tengas aprecio.

Siéntete agradecido por poder tenerlos, debes rodearte de aquello que te haga verdaderamente feliz, si lo que te envuelve no te llena de entusiasmo al verlo estarás ocupando tu entorno con productos que no aportan nada al lugar en el que más tiempo pasas y esto afectará también a todos los aspectos de tu vida.

Por ejemplo, tienes que ordenar toda la ropa y no toda la habitación. Marie Kondo recomienda empezar siempre por nuestro vestidor, pues rápidamente sabemos si la usamos o no y es más fácil deshacerse de ella, de tal manera que sea más factible seguir con el resto de estancias de la casa. Si conseguimos ver todo lo que tenemos, nos será más fácil su localización y el mantenimiento del orden.

La compañía te puede persuadir para no deshacerte de lo que deberías tirar, por ello ocúpate de todas tus pertenencias y decide qué quieres tener en tu vida ahora mismo, si llevas meses sin utilizar una prenda de ropa, probablemente tu armario no sea el lugar correcto donde deba estar, es probable que ya haya tenido su función, pero ahora ya no tenga cabida en ese lugar, siéntete agradecido por haberla tenido y déjala ir.

Sé más consciente de lo que estás adquiriendo y a la hora de pagar un producto pregúntate si realmente es necesario en tu vida y si te hace feliz. Seguramente en el momento de la compra te sientas pletórico, pero sé realmente consciente de los objetos que posees. Por ejemplo, no es necesario que compres muebles nuevos para almacenar, si los que ya tienes están repletos de cosas a las que no estás dando ningún uso.