Cómo limpiar el oro fácilmente

Aunque las joyas y elementos de oro no suelen adquirir un tono ennegrecido como sucede con la plata y siempre luzcan iguales es necesario hacer una limpieza de vez en cuando. Al igual que sucede con otros elemento u objetos, el roce con la piel o el tocarlo con las manos (por ejemplo) hace que puedan acumular gran cantidad de bacterias y gérmenes por lo que una limpieza es necesaria para eliminar la suciedad.

Hay algunos sencillos trucos que se pueden realizar fácilmente en casa para que las joyas luzcan relucientes y como recién compradas y sin rastro de microbios. En el mercado, al igual que sucede con otros elementos, existen numerosos productos para este fin aunque su contenido puede tener elementos químicos, sin embargo, una limpieza casera puede ser igual o incluso más efectiva.

En este caso, para llevar a cabo esta labor se llenará un recipiente con agua caliente al que se añadirá un chorro de detergente o jabón líquido al que se introducirá posteriormente la joya o el elemento que se desee limpiar por lo que no hace falta que el recipiente sea muy grande, basta con que tenga una capacidad suficiente para que la solución jabonosa cubra por completo el objeto de oro.

Una vez que se ha introducido la joya en la solución jabonosa y se ha dejado en ella durante unos minutos, se frotará con un cepillo de dientes, a ser posible, de cerdas suaves ya que son objetos delicados y del contrario podrían dañarse. Para finalizar se debe aclarar con agua y frotarlo para sacarlo y sacarle brillo. Tras esto la joya lucirá como si fuera nueva.

Además de esta existen múltiples formas de hacerlo: otras son el bicarbonato y el vinagre, dos aliados en la limpieza en general. En este caso se deberán mezclar tres cucharadas con agua y aplicar la pasta resultante en la joya; tras dejarla actuar se de echará un chorro de vinagre. Para finalizar se debe aclarar con agua y, al igual que en el caso anterior, secarlo con un paño.

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