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Alejandro Talavante en la pasada feria de Salamanca ALMEIDA
Una falta de respeto

Una falta de respeto

Artículo de opinión de Javier Lorenzo en el suplemento ‘Toros’ de LA GACETA

Javier Lorenzo

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Sábado, 25 de marzo 2023

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Talavante volvió a llegar tarde a una plaza de toros. Tanto que obligó a retrasar el inicio del paseíllo el jueves en las Fallas. Una falta de respeto. Ese día y otros tantos que se ha producido esa misma situación, que no es nueva en el extremeño. Tampoco sería la primera vez en la historia en la que un torero tuvo que hacer el paseíllo en solitario y a deshoras por llegar tarde a una plaza de toros una vez que sus compañeros lo habían hecho a la hora anunciada.

Ahora incluso se espera en el patio de cuadrillas y aunque las agujas hayan pasado la hora anunciada y el resto de los toreros estén aguardando con el capote de paseo ya liado. La puntualidad en los toros es sagrada como lo es el respeto al público, al aficionado que pasa por taquilla. Talavante no respetó ni a unos ni a otros, ni a los toreros anunciados ni a las casi diez mil almas que pagaron por verle y ya aguardaban en el tendido.

Luego llegó la magia del torero extremeño que cuajó una tarde feliz e hizo olvidar todo y dejarlo en un segundo plano. La falta de puntualidad es una falta de respeto en un espectáculo en el que los valores están por encima de todo. Esos valores que distinguen al toreo del resto de los eventos y otras artes.

El toreo está marcado por todas esas normas no escritas de educación y respeto. Respeto a los toreros de mayor antigüedad, a los que, por ejemplo se les trata de usted o se le deja entrar por delante en el burladero al salir del ruedo. Esa antigüedad es la que marca el orden en el paseíllo y la colocación en la plaza. Un espacio que no debe de pisar nadie que no esté vestido de luces. Se pide permiso al presidente antes de iniciar la primera faena. Un torero hace el paseíllo desmonterado la primera vez que torea en un coso, en señal de respeto al público. Las actuaciones y anuncios en un cartel, en los tentaderos o en las plaza de toros, las determina la fecha de alternativa, o en su defecto el debut con o sin picadores. Orden sagrado e inalterable. En esta fiesta se recuerda con un minuto de silencio las tardes que se conmemora la muerte de algún torero en el ruedo o cuando fallece algún profesional significativo. Pese a unas críticas sin fundamento en las plazas los signos y los hechos irrespetuosos que se dan en otros espectáculo no aparecen.

“El toreo es lealtad, personalidad y respeto”, dijo el maestro Juan Mora hace unos días en una charla en el Cocherito. Es eso y mucho más. El toreo es un espectáculo de valores. Y esos valores son los propios toreros los que los tienen no solo que cultivar y trasmitirlos sino también enseñarlos y dar ejemplo a las nuevas generaciones, para no romper la cadena. Para que el toreo mantenga la esencia que lo hizo único a lo largo de los siglos. Y ahí también es como se marcan las distancias y crece la estela de los toreros elegidos. Cuando se ganan el respeto.

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