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Tarde triunfal del novillero Ismael Martín en Alba de Tormes

El de Cantalpino paseó cuatro orejas y dio la cara frente a un poderoso, exigente, encastado y astifino novillo de Hermanos Mateos que fue premiado con la vuelta al ruedo

Lunes, 19 de octubre 2020, 00:33

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Cafetero tenía hechura de utrero, una pintura. Cuajado, largo, con buen cuello, fina lámina. Cornidelantero en sus buidas defensas. Imponía respeto. Y más aún su comportamiento. Una bravura efervescente. Tuvo movilidad, codicia. Y no regaló nada. Ismael Martín rápido le plantó cara, en un vibrante saludo de capa en el que ya sacó nota por dos virtudes importantes: el toreo de manos bajas a la verónica y la manera en la que ganó pasos a su oponente hasta rematarlo en los medios con garbosa media. Sacó carácter el eral de San Pedro de Acerón y no lo puso fácil. Había que atemperarlo. Poderlo e imponerse. A Ismael Martín ya le había echado mano al salir de segundo par de banderillas y, en el suelo, esquivó como pudo los alfileres que le radiografiaron todo el cuerpo. El jirón que le sacó de la taleguilla fue el mal menor. No le importó al de Cantalpino que clavó inmediatamente después el mejor par. No se rindió el de Hermanos Mateos y allí se firmó un refriega importante. El torero no volvió la cara ni un solo segundo. Trató de empaparle y llevarle siempre; el novillo no admitía una ventana abierta en el engaño... por eso le cazó de nuevo.

Mantuvo siempre la movilidad, resultó más intermitente la entrega de Cafetero. El torero apostó y tiró la moneda, mientras el torete a medida que avanzaba la faena iba sabiendo ya cada vez más lo que dejaba atrás. La exigencia y el mando fueron siempre la clave. Lo pidió hasta el último aliento. Lo mejor para un novillo de esa condición no parecieron los ayudados por alto con los que Ismael Martín cerró la faena. Enterró medio acero. Tras larga agonía, el presidente, en un derroche de generosidad, asomó dos pañuelos blancos y el azul. Premio para todos.

Fue el momento álgido de la función que se abrió con un astado remiso que apenas tuvo un cuarto de muletazo y que tomó siempre la muleta de Joselito Sánchez a regañadientes. Empleó demasiado tiempo para lo que merecía. El mismo estuvo con el tercero, de más fina hechura, que al principio embestía con las manos por delante, sin entrega y corto recorrido. Poco a poco fue enseñando un viaje más largo y noble por el izquierdo pero Joselito se perdió en un mar de dudas y ventajas que jugaron en su contra. Demasiado desconfiado y fuera sitio siempre. Se ofuscó con el descabello con más de una veintena de intentos con todo al revés. En esa suerte, el novillo debe de estar dentro de las rayas y con el culo pegado a las tablas. Y no al revés como se enfangó sin que nadie le abriera los ojos. Esas cosas se enseñan en las escuelas. Con todo al revés y con el poder guardado de un novillo que no fue podido nunca jugó a una ruleta rusa de algún arreón intempestivo del que se libró de casualidad.

El primero de Ismael Martín con genio y berreoncito, se lo sacó a los medios con toreros ayudados. Tuvo nobleza y recorrido, aunque le duró poco. Rápido comenzó a protestar por el izquierdo y pronto se contagió por el otro. Lo mejor llegó en el ecuador con la diestra. Cuando se metió, al final, entre pitones para sacárselo por la espalda, le funcionó la cabeza y buscó el pitón izquierdo para agotar el fondo de pozo ya casi saco. Ahí demostró la claridad de ideas con la que en el cuarto dio un paso al frente. De los que hacen crecer en el invierno que tiene por delante.

LA FICHA

250 espectadores en los tendidos, en el máximo permitido para mantener la distancia de seguridad para evitar contagios de coronavirus.

4 ERALES DE HERMANOS MATEOS, con volumen, cuajo y hondas hechuras. Astifinos en conjunto, especialmente el 4º. Deslucido y sin recorrido el 1º; noble el berreón 2º, que tuvo mejor pitón derecho que el izquierdo por donde se quedó corto; al revés que el manejable 3º; encastado y poderoso el exigente 4º, de nombre Cafetero, número 30, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

JOSELITO SÁNCHEZ (blanco y plata)

Escuela taurina de Sevilla

Pinchazo y estocada —vuelta al ruedo por su cuenta—; y estocada y 23 descabellos —silencio tras aviso—.

ISMAEL MARTÍN (celeste y oro)

Escuela taurina de Salamanca

Buena estocada —dos orejas—; y media estocada —dos orejas—.

Observaciones. A la entrada a la plaza se le tomó la temperatura a todos los espectadores y se dispensó gel hidroalcohólico.

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