Oportunistas
La tauromaquia camina sola, con el único aval de la afición. La respuesta de los toreros ante la ofensiva contra Luis de la Fuente fue insuficiente y sonrojante

Entiendo que Luis de la Fuente sería igual de asesino hace ocho meses que hoy. O sea nada. Quiero entender que la última primavera, cuando era casi un desconocido más allá de los más seguidores de la Selección Española de Fútbol que sabían que era el segundo de Luis Enrique y antes también seleccionador de las categorías inferiores de la Roja. Entonces era igual de mala persona que hoy que está al frente del equipo de todos los españoles. Es decir, no lo era. Antes nadie le insultaba por su afición taurina, hoy sí lo hacen porque ha ascendido de rango. Ni antes ni hoy sería mala persona por ser un seguidor de la tauromaquia. Esa es la catadura (caradura, también les vale) moral de los lobys antitaurinos que durante los últimos días vomitaron sapos y culebras por sus asquerosas bocas para criticar lo que huele al toreo. Y en su defecto a España. Sin saber lo que critican. Porque atacan, critican e insultan algo que desconocen y se refugian en un falso animalismo en el que tampoco creen y ni practican. Estos animalistas lo son hoy igual que hace nueve meses. Entonces y ahora les importa una mierda los animales. Nadie protege algo que quieren exterminar. No saben que quien más cuida y quiere a los animales son los propios ganaderos y los toreros, que están dispuestos a hacer cosas que ni ellos son capaces de imaginar. Animalistas de oficina. Además, buscan destruir un espectáculo con unos protagonistas que tienen unos valores que ellos ni conocen ni practican. Se quieren cargar el mundo que heredaron de sus mayores sin importarles dejarle un deshecho a las generaciones que vienen detrás. Su única protección, y el argumento que encuentran, es el insulto y la descalificación, para proteger al toro. Ahora se ceban con Luis de la Fuente con una despiadada ofensiva en las redes sociales porque no escondió su afición al toreo. ¿Y? Le gusta hoy y le gustaba hace ocho meses. Entonces no le dijeron nada. De entonces no iban a sacar provecho. Hoy tampoco. Pero sí han encontrado más ruido. El ruido que les da atacar e insultar a un personaje público que ha dado un salto en popularidad. El fondo de los gustos y las aficiones del seleccionador es lo de menos. Lamentable es el ataque de los oportunistas antitaurinos. Y mal, muy mal, también el toreo y sus protagonistas que no supieron estar a la altura para encontrar una respuesta contundente y mostrar el apoyo a quien dio la cara por ellos y por el espectáculo. Un espectáculo que camina solo con el aval del aficionado. La tímida respuesta de los toreros en las redes sociales fue sonrojante. E insuficiente a todas luces. El toreo ni cambia ni aprende. Hoy Luis de la Fuente es el mismo que ayer. Con sus aficiones y sus valores. Los antaurinos también son los mismos, porque por fortuna se retrataron hace tiempo. Ni entonces ni ahora pasan de ser unos miserables.