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Sol y calor 15.755 espectadores.
GANADERÍA 5 TOROS DE PEDRAZA DE YELTES Y 1 DE TORRESTRELLA (6º), 1 SOBRERO DE CHAMACO (2ºbis) Franco y bueno el 1º; apagado y sin entrega el sobrero 2º; de excelente calidad el 3º; desentendido el 4º; encastado el 5º; y violento el 6º.
DIESTROS
JUAN LEAL ROSA Y ORO Casi entera (silencio); estocada y descabello (silencio); y pinchazo y casi entera en el que mató por Espada (silencio); y pinchazo y estocada en el que mató por Fonseca (silencio).
FRANCISCO J. ESPADAPALO ROSA Y ORO Pinchazo y estocada (silencio tras aviso) en el único que mató.
ISAAC FONSECA ESPERANZA Y ORO Estocada (oreja tras aviso)
Si la mala brega de José Luis Triviño sirvió para condenar la excelente condición de Cubillo, el segundo, que demostró una excelsa calidad y bárbara entrega en el saludo de Espada; el capote de Raúl Ruiz fue portentoso para potenciar las cualidades de un Liriquillo, el tercero, que puso el triunfo en bandeja a Isaac Fonseca. Esa es la importancia de todos los hombres que intervienen en la lidia más allá de los tres matadores. Tras el arrebatado inicio de faena de rodillas a Fonseca le costó cogerle el pulso para aprovecharlo hasta la última penúltima tanda al natural con los pies juntos donde el toro seguía resultando soberbio. La contundencia con la espada le puso un trofeo en la mano. El toro fue de dos. Ni siquiera eso hizo Juan Leal ante el buen primero por una colocación que peor que deficiente que condenó al torero y de paso al toro.
El cuarto empujó con una fijeza, una entrega y una codicia superlativa al caballo, pero se desentendió de la aburrida muleta de Juan Leal, que cometió los mismos pecados y así todo cayó en el saco de la vulgaridad que lejos de interesar encabronó a la parroquia. El quinto hirió a Espada cuando en la primera tanda le arrolló con las patas y tiró al suelo, se levantó el torero en la cara y el toro hizo presa por la pantorrilla con una fiereza monumental. Tuvo interés el Pedraza y se perdió todo entre la incertidumbre de qué hacer con él, si salía Espada, si no, y entre los intentos de hacer faena de Leal y la negativa del público a que intentara lo que no hizo antes.
El remiendo de Torrestrella tuvo más movimiento que entrega y clase, había comenzado a cuajarlo por la izquierda cuando lo prendió en un remate de pecho de manera feísima en un doble derrote por la espalda. La sensación fue terrible y ahí se acabó todo.
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