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Nada ni nadie puede con el recuerdo eterno del maestro. Ni siquiera el coronavirus que arrasa con todo lo que se le pone por delante. Hay personajes que son eternos y fechas que quedan marcadas para siempre. Este jueves se cumplen veinte años de la muerte de Julio Robles, de aquella sobremesa triste y soleada de invierno en la que se paró su reloj a las cinco de la tarde. La hora lorquiana. La hora de los toros. La hora en la que hizo su último paseíllo rumbo a la eternidad. Al día siguiente de su fallecimiento (14 de enero de 2001) una distinguida baraja de primeras figuras, de todas las épocas y llegaron de toda España hasta Salamanca para despedirlo, lo izaron a hombros y lo pasearon por el ruedo de La Glorieta, bajo una estremecedora ovación, para sacarlo después por la puerta grande antes de emprender rumbo al cementerio de Ahigal de los Aceiteros donde recibió el descanso eterno. A partir de entonces, en cada aniversario de su muerte, el sábado más cercano a la triste fecha del 14 de enero se realiza en La Glorieta una ofrenda floral en su memoria. Homenaje que este año tampoco fallará. El virus no puede con su inolvidable estela pero sí condicionará este sencillo y emotivo acto. En esta ocasión, la ofrenda floral seguirá adelante pero se celebrará sin público, sin los centenares de aficionados que cada año desperezan los fríos del invierno en el primer encuentro taurino del año, recordando al maestro en la explanada de la plaza de toros de La Glorieta, reuniéndose a los pies del monumento que, majestuoso, se levanta en los exteriores de su coso predilecto para rendir tributo y recordar su glorioso paso por los ruedos.
La tradicional cita se mantendrá este año, pero las restricciones derivadas de la pandemia del coronavirus, reforzadas desde hoy mismo con la entrada en vigor de las nuevas medidas sanitarias, han obligado al Ayuntamiento de Salamanca junto a la Federación de Peñas Taurinas ‘Helmántica’, como organizadoras y promotoras de este homenaje, a celebrar el acto en la intimidad, y pidiendo a los aficionados que, esta vez, no acudan. El homenaje póstumo consistirá únicamente en la ofrenda, en la que se depositarán a los pies de su figura una corona y ramos de flores en un sencillo acto en el que únicamente participarán los miembros de la familia de Julio Robles, el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, el capellán de La Glorieta y párroco de la iglesia de María Mediadora, Constantino Cascón Bueno, que rezará un responso en recuerdo del maestro, así como Luciano Sánchez, como presidente y en representación de la Federación de Peñas Taurinas.
El propio Luciano Sánchez se encargó de ratificar la celebración de la ofrenda floral en recuerdo a Robles: “No es la mejor manera de hacerlo pero es la que nos deja la indeseable situación sanitaria que estamos padeciendo. No se podía perder la fecha ni el acto en sí. Es importante que se mantenga la cita y el recuerdo al maestro, y ojalá que el año que viene, en 2022, en el que se celebrará el cincuentenario de su alternativa, podamos hacer algo especial con la presencia de todos los aficionados”, apuntó el presidente de la Federación de Peñas que pidió la comprensión de los aficionados para que se “abstengan de acudir este año al acto”.
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