La Escuela estrena su burbuja de toreros

Por ese motivo, además, tras la inauguración del curso en la jornada de este viernes la entrada al inmenso pabellón central en el que se imparten las clases se

restringirá únicamente a alumnos y profesores, impidiendo a los padres que acudan a llevar o recoger a los pequeños puedan acceder al mismo como hacían en ediciones anteriores. Mientras que cada uno de los alumnos deberán utilizar cada uno sus propios trastos, capotes, muletas, espadas y banderillas, a diferencia de otros cursos en los que los podían compartir... “Todo ello lo llevaremos a cabo con la máxima escrupulosidad posible con el objetivo de convertir la Escuela en un espacio seguro en el que, un año más, debe de imperar la fraternidad, la ilusión y la educación que siempre ha caracterizado a la filosofía del toreo”, matizó Javier Iglesias, quien acudió a la primera clase de la Escuela taurina junto a Jesús María Ortiz, diputado responsable de la misma.

Ambos quisieron estar al lado del más de medio centenar de alumnos en la primera clase de esta nueva andadura. Repartidos en esos tres grupos en los que se llevarán a cabo las dinámicas de las clases, se unieron para la primera foto de familia del curso 2020-2021 que este año se tuvo que hacer guardando la distancia de seguridad entre todos ellos. Un breve instante antes de que volvieran a revolotear capotes y muletas interpretando faenas soñadas.

“La tauromaquia es una de las señas de identidad de Salamanca y la Diputación siempre va a apoyarla y seguirá haciéndolo con determinación”, matizó el presidente de La Salina, mientras observaba todos y cada uno de los movimientos de los alumnos del aula taurina del organismo provincial, antes de poner de manifiesto los sólidas argumentos sobre los que se asienta la tauromaquia: “Es arte, es tradición y es cultura; y también, que nadie se le olvide, es economía. Gracias al mundo del toro viven infinidad de familias que además le dan vida y actividad al mundo rural. Siempre vamos a estar con la tauromaquia y todo lo que la envuelve”, aseveró mientras el corazón de los alumnos empezaba a latir de un modo diferente. Comenzaban a soñar con el capote y la muleta entre las manos.