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Ismael Martín en el inicio del paseíllo en la novillada en la plaza de toros de Guijuelo. ALMEIDA
Ismael Martín: «Necesito un golpe en la mesa para ratificar que llego a las ferias por algo»

Ismael Martín: «Necesito un golpe en la mesa para ratificar que llego a las ferias por algo»

Hoy torea en La Glorieta para abrir un mes de gran compromiso en su agenda en el que además hará su debut en plazas de primera categoría como Las Ventas y Zaragoza. El de Cantalpino tiene ante sí el primer gran reto de su vida

Javier Lorenzo

Javier Lorenzo

Salamanca

Viernes, 15 de septiembre 2023, 06:50

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Paso a paso se ha convertido en uno de los novilleros de la temporada; la evolución que ha marcado le ha lanzado a una situación de privilegio en los dos últimos meses del curso, que son los clave y los de mayor prestigio y protagonismo en el escalafón inferior.

En este tramo es cuando se celebran las ferias de novilladas que le dan a los jóvenes valores el protagonismo que le roban el resto del año. En todas ha toreado ya, o va a torear, Ismael Martín (Cantalpino, 27 de agosto 2003): lo ha hecho en Villaseca de la Sagra y en Arganda del Rey, comparecerá en la Setmana de Bous de Algemesí (Valencia) y también enel Zapato de Arnedo (La Rioja). Pero no se queda ahí, porque hoy se presenta con picadores en la novillada con la que se reanuda la Feria, el día 30 hará su debut en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, dentro de los carteles de la Feria de Otoño, y casi seguido, hará lo propio en la Feria del Pilar de Zaragoza. Todo un órdago para salir lanzado y convertirse en uno de los referentes novilleriles de 2024.

El desparpajo que muestra en el ruedo está al nivel de la facilidad de palabra que tiene en la entrevista. En los dos escenarios también ha ganado poso, temple y calma. Lo demostró en los que han sido los dos grandes escenarios que ha pisado este año: en La Maestranza de Sevilla le robaron el trofeo del Circuito de Andalucía que se había ganado en el ruedo y en Valladolid, a la verónica y por naturales, salió como triunfador del festejo de la Oportunidad. Han sido las dos únicas plazas de primera y segunda categoría que ha pisado este año. Ahora llega el gran reto. Las citas de compromiso y responsabilidad casi encadenadas, con todos los ojos pendientes de él. La hora de la verdad que se dice. El momento del asalto a su escalafón, la hora en la que tiene que lanzar su nombre a la gran órbita de la temporada.

¿Cuál está siendo la valoración de la temporada?

—Si me dicen a principio de temporada que iba a torear tanto no me lo hubiera creído. Todo está siendo muy ilusionante, tarde tras tarde me he ido ganado los puestos. Estos últimos días, en Villaseca de la Sagra (Toledo) y Arganda del Rey (Madrid) no han rodado las cosas como me hubiera gustado y quisiera, pero el domingo en Villa del Prado (Madrid) sí que demostré lo que quiero hacer. Y ahí he podido volver a la senda que había marcado el resto del año. Espero que Salamanca siga en esa línea y demostrar a la afición de aquí que quiero ser un torero importante.

Del error se aprende, ¿de qué ha servido ese bache de estos últimos días?

—Para abrirme los ojos. Para no dormirme, me ha servido para estar más metido aún de cara a la cita de Salamanca. Me va a servir para espabilar y darme cuenta de que cada día hay que dar la cara y triunfar, y no relajarme ni medio segundo sea la plaza que sea.

¿Cuáles fueron las actuaciones clave de la temporada?

—En Montoro, en el Circuito de Andalucía, fue muy especial, con la mano izquierda pude torear muy despacio uno de los mejores novillos de este año. Sucedió después también Valladolid. Sevilla, por ser Sevilla, la disfruté mucho, además era mi presentación en una plaza de primera categoría y fue una tarde única pese al resultado final (una jugarreta del jurado le robó el puesto de triunfador que todo el mundo casi daba por hecho). Luego Parentis (Francia) me sirvió mucho por el tamaño del novillo fuerte que allí se lidia (Pedrés), creo que de cara al mes de septiembre va a ser importante: fueron dos orejas a un encierro que fue un paso más. Guijuelo lo disfruté mucho y San Sebastián de los Reyes me sirvió para demostrarme que soy capaz de más de lo que soy.

¿Qué está siendo lo más importante en la evolución de este año?

—Yo mismo me encuentro diferente. Disfruto o intento disfrutar más el muletazo. Torear mucho para mí, pensando en el animal lógicamente, pero saboreando cada tarde para cuajar los animales y torear como me gusta, sin perder de vista que la ambición, las ganas y la entrega tienen que salir cada día. De cara a lo que me queda quiero que en cada actuación suceda algo importante.

¿Esperaba una campaña así?

—Para nada. Al principio de temporada mis apoderados me dijeron que solo teníamos una novillada firmada y que de esa tenían que salir más. Había que sacarle partido a aquel contrato. Y es lo que he hecho tarde tras tarde, y ahora he podido entrar en ferias de novilladas y necesito un golpe en la mesa para ratificar que estoy ahí por algo. Aún no he hecho nada y quiero demostrar que quiero ser alguien importante.

¿Qué es lo que más cuesta para hacerse notar y que cuenten contigo?

—Lo que más cuesta es tener regularidad cada tarde. Ahora mismo en cuanto se te resbala medio pie ya te quieren sacar de aquí. Para que no pase eso lo que tienes que hacer es lograr regularidad en el triunfo cada día.

En un momento crítico para las novilladas, con falta de oportunidades, poca recompensa, demasiada exigencia, poca inversión de las empresas en el futuro, ¿cómo se ve el panorama novilleril desde dentro?

—Todo eso preocupa, en lógico. Nosotros las oportunidades las tenemos que aprovechar, no vale estar a medias tintas. La exigencia del aficionado cada día es mayor, tenemos que dar el 200% de nosotros mismos para poder ser alguien. Día a día ya no sirve, además cuando llega el día clave hay que reventarlo y decir que todo lo anterior no ha sido casualidad.

Su caso es el más firme exponente de la importancia de los Circuitos que puso en marcha la FTL como una de las mejores plataformas para impulsar a los novilleros, ¿Qué hubiera sido de Ismael Martín sin ellos?

—Si no fuera por los circuitos, no hubiera debutado ni con caballos ni hubiera toreado tanto y todo me hubiera costado mucho más. Me han dado mucha visibilidad y me han servido para crecer como torero y persona pese a no haber podido ganar ninguno.

¿Y no duele llegar a todas las finales y en todas quedarse con la miel en los labios?

—El más doloroso sin duda fue el Circuito de Andalucía. Esa es una espina clavada que me aún me queda. Me quedó ya antes en mi etapa sin caballos en las novilladas de Canal Sur y ahora, me ha vuelto a pasar lo mismo, en el de con caballos. Aquella es una afición especial y única, pero que cuesta llevarse un trofeo a uno que es de fuera. El de Sevilla lo vi cerca, pero se alejó rápido... (risas).

¿Siente que se está convirtiendo en uno de los nombres referentes del escalafón inferior?

—Eso prefiero que lo escribas tú, si lo tienes que decir algún día. Que lo digan los de fuera. Lo cierto es que hay novilleros muy importantes que están mucho más toreados que yo. A mí me queda todo por demostrar aún. Me quedan todas las ferias importantes por delante y, cuando pase por ahí, ya sí se podrá decir si soy uno de los novilleros importante de la temporada o no. Eso me lo tengo todavía que ganar.

Ahí, ¿quién es la competencia más intensa?

—Ahora me toca competir con el que me pongan en el cartel. Ahora compito contra todos e incluso conmigo mismo tarde tras tarde, no me quedo con nadie especial. Los hay que están ahí, Sergio Rodríguez, es un novillero puntero como García Pulido, Jorge Molina… que ya han pisado plazas de primera. A esos a priori, los veo que están más toreados que yo. Luego en la plaza, sale el novillo, y somos todos iguales.

Salamanca, Madrid, Zaragoza, Arnedo, Algemesí… ¿todo eso asusta, responsabiliza, motiva?

—Un poco de todo pero, sobre todo, motiva. Para mí es una motivación mayor estar en esas plazas. Madrid es un sueño desde que empecé. Siempre la he visto como la plaza que lo da o lo quita todo. Todo en conjunto es un gran compromiso, por la exigencia y el nivel de los escenarios. No me puedo relajar ni un solo segundo.

¿Cuál es siendo la clave del ascenso?

—La clave es la constancia, no decaer ni un día en el entrenamiento y la dedicación, el sacrificio por algo que tiene una recompensa grande. Verte triunfar y ver resultados es lo que me hace crecer como persona y como torero.

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