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Flor, de Carmen Lorenzo indultado en Guijuelo. Cayetano, en la enfermería

La cuadrilla le lleva a la enfermería las dos orejas y el rabo simbólicos del animal

Lunes, 16 de agosto 2021, 13:02

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Dentro del ruedo, entre la vida y la muerte apenas hay un suspiro. Cayetano se libró de casualidad tras una brutal voltereta. Flor volvió vivo a los corrales después de que el indulto que le concedieron con polémica, discusión y no poco exceso, pendiera de un hilo, en un forcejeo entre entusiastas del tendido apoyados por las dudas de El Capea —ya en el ruedo con Cayetano en la enfermería— y el presidente, que no pudo contener la corriente triunfalista pese a que le indicara hasta tres veces al diestro que matara al buen toro de Carmen Lorenzo. Hubiera puesto a todos de acuerdo el premio de la vuelta al ruedo. La vida y la muerte en un abismo, en una decisión controvertida. Pudo el fervor. La salvaron los dos, Cayetano y Flor.

Abanto y distraído en el saludo de capa, Flor recibió un duro y largo puyazo en su único encuentro con el caballo que montaba Luciano Briceño, que tuvo que rectificar tras marcar caído de primeras. Cayetano le endilgó tres verónicas soberbias tras salir de ahí; lástima que tras la larga de remate perdiera el percal. En la faena, que brindó al público, y en la que buscó la pureza ofreciendo siempre el pecho en los cites, estuvo más asentado que templado al principio, cuando dio con la tecla brotó aún más la nobleza del animal. Esa primera parte del trasteo pecó de intermitente, con las mayores notas en los cambios de mano y en los personales pases de pecho, hasta que ya en las postrimerías cuajó una excelsa tanda de bellísimos naturales con Flor haciendo surcos en la arena de lo que humillaba. No siguió por ahí y no mantuvo el tono por cambiar a la derecha. Se equivocó. Cuando volvió a la zurda el toro no solo conservaba sino que había multiplicado su excelente condición, aún le terminó sacando por ahí otras tres tandas que no llegaron al nivel de aquella. El pitón izquierdo fue de categoría. Lo vio tarde pero lo terminó saboreando. Alargó la faena cuando brotó la petición del indulto, que no venía cuento pese a las grandes virtudes del toro.

Cuando se abandonó, y en el momento en el que sonaba un aviso, el toro, en un pase de pecho, le empujó con los cuartos traseros, Cayetano perdió el equilibrio, quedó en la cara a merced y Flor le echó mano. Lo empitonó, lo cogió por el bajo vientre y lo lanzó por los aires de manera dramática y con una violencia tremenda.. La paliza resultó soberana. Trató de recomponerse y volvió a la cara, el toro seguía embistiendo de maravilla por el pitón izquierdo, se retomó la petición de indulto y al acabar la serie el torero casi se desvaneció camino de las tablas. Se lo llevaron a la enfermería, se avivó la ofensiva a favor de la vida del toro. Con El Capea ya en el ruedo, el público bociferaba mientras el presidente insistía en que lo matara. Al final cedió el usía. Salió el pañuelo naranja. El indulto fue un exceso, que alcanzó cotas de despropósito con Cayetano en la enfermería.

El toro que abrió la función resultó ser bravo y codicioso en la muleta con el defecto siempre de no marcharse de los vuelos y quedarse corto. La clave acertada de El Capea fue dejarle siempre en la cara el engaño, aunque cuando invadió sus terrenos más de la cuenta, Platillo le protestó en demasía como hizo cuando, pasado el ecuador del trasteo, lo intentó con la izquierda por donde el recorrido era aún menor. A partir de ahí perdonó aún menos ya las florituras y que le molestaran más de la cuenta. El toro mantuvo a todos alerta, El Capea lo pasaportó con dignidad y buen oficio. El Capea adelantó turno y en cuarto lugar salió el quinto, el que era segundo de Cayetano, Botinero se dolió sin disimulo en el peto, salió despavorido al sentir el hierro y en el segundo encuentro hizo sonar el estribo en afanosa vara de Nicolás Martin. Desarrolló nobleza y buen tranco en la muleta, en la que siempre fue franco, boyante y repetidor. No logró cogerle el punto El Capea en un trasteo muy tropezado. Mucho más templado estuvo con el sexto, en una faena bien concebida y estructurada, en la que fue cortando las distancias para acabar metido entre pitones logrando la admiración de respetable. Lo mató con contundencia y mantuvo su idilio triunfal en esta plaza que ha hecho suya.

Sacristán se llamaba el tercero y embistió como un bendito, con nobleza y humillación además de una gran calidad en la muleta de Pablo Aguado que le firmó un trasteo pinturero y con bellos pasajes, en el que tuvo la virtud de dejarle siempre el engaño en la cara para que no huyera el animal, quitándole sus querencias y huidiza condición. Le costó cuadrarlo por empeñarse en matar a un toro manso en la suerte natural, la destinada a los bravos, y aún así le dejó media en lo alto tras la que el toro emprendió su última carrera en busca de la puerta de chiqueros que no encontró. Caracol fue el quinto, a su nobleza le faltó un punto mayor de transmisión y Aguado, que trató de ponerle temple en un trasteo de acompañar más que de poder, siempre a media altura, no acabó de decir nada y ambos se perdieron en la monotonía del conjunto.

Al final, sobró la puerta grande, por respeto al torero herido que iba camino del hospital. Esos eran detalles de los toreros de antes.

LA FICHA

3 TOROS DE EL CAPEA (1º, 3º y 4º ) y 3 DE CARMEN LORENZO (2º, 5º y 6º), cinqueños 2º, 3º y, a punto, el 6º, corrida bien presentada, en volumen, cuajó y hechuras murubeñas. Codicioso y con corto recorrido el 1º; el 2º de nombre Flor, número 50, negro y nacido en febrero de 2016 fue indultado, tuvo un excelente pitón izquierdo, pero el indulto pareció excesivo; noble aunque huidizo el 3º; noble y de buena condición el 4º; noble pero sin transmisión el 5º; noble y con gran calidad el 6º. Pesos de los toros por orden de lidia: 530, 525, 510, 520, 520 y 515 kilos.

EL CAPEA (grana y oro)

Estocada tendida y atravesada rematada con descabello —oreja—; tres pinchazos, media estocada y descabello —ovación con saludos—; y estocada —dos orejas—.

CAYETANO (tabaco y oro)

Dos orejas y rabo simbólicos tras aviso del toro indultado que le llevaron a la enfermería tras el indulto.

PABLO AGUADO (marino y oro)

Nuevo en esta plaza

Media estocada y descabello —oreja tras aviso—; y pinchazo y estocada —oreja—.

Atendido en la enfermería y trasladado a Madrid

Cayetano Rivera fue atendido en la enfermería de la plaza de toros de Guijuelo tras la violenta voltereta que sufrió en el segundo de la tarde. Aunque en un primer momento se barajó la posibilidad de que fuera explorado en el Complejo Hospitalario de Salamanca, fuentes cercanas al torero aseguraron que Cayetano prefirió viajar directamente a Madrid en su propia furgoneta. Será en la capital de España donde sea sometido a pruebas radiológicas que permitan conocer el alcance de su lesión. Todo apunta, según añaden esas mismas fuentes, que sufre una fractura o fisura en una costilla flotante. Cayetano tienen en el horizonte compromisos en plazas como la de Motril el próximo 20 de agosto y la tradicional goyesca de Ronda el 4 de septiembre.

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