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Exigente y terso derechazo de Finitio de Córdoba a una vaca de Castillejo de Huebra.
Finito de Córdoba, desatado en Castillejo de Huebra: “Importa más arreglar el toreo que ir a ver al ministro”

Finito de Córdoba, desatado en Castillejo de Huebra: “Importa más arreglar el toreo que ir a ver al ministro”

El diestro cordobés encabeza el cartel del sábado en Ávila, donde se celebra la primera corrida de toros en España de la nueva normalidad

Jueves, 16 de julio 2020, 18:30

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Es como una reserva del gran toreo. Con Finito de Córdoba (6 de octubre de 1971) vivimos una espléndida mañana en Agustínez, con dos vacas de Castillejo de Huebra. Delicia pura. Apretaba el sol, caía de plano sobre la preciosa plaza de tientas. Finito esquiva el frío de los inviernos del Campo Charro y lo saborea en cuanto empieza a desperezar la primavera. Dentro de su alma custodia la interpretación del toreo más clásico y el que no pasa de moda. El próximo mayo cumplirá tres décadas de matador de toros y, aunque en su época de esplendor de los años 90, lidió un buen número de corridas de toros de esta casa jamás había tentado en esta ganadería. Debut en la asolerada madurez. Nunca esta tarde. El estreno resultó prodigioso, frente a una primera vaca, Junerita de nombre, que resultó un verdadero espectáculo. Por su alegría y entrega en las acometidas, por la manera de humillar y de perseguir los vuelos de la muleta. Por su intensidad. Por la manera de desplazarse y, casi sin levantar la cara, volverse de nuevo en busca del engaño, que el Fino le dirigía con mando y temple para no dejarse tocar jamás. La exigencia de Juan fue máxima, no le consintió ni una. Ni le alivió jamás. De hacerlo, tal vez todo hubiera cambiado. La vaca, lejos de rendirse fue expresando todo su fondo cada vez con más entrega. El torero se vació por completo en faena de largo metraje. Aún así pareció llevarse a su paraíso bien ganado unos cuantos muletazos dentro del depósito de su bravura: "Siempre me pidió todo por abajo; y alguna vez, cuando cometí algún fallo o me quedé levemente al descubierto, ella prefirió seguir el engaño", confesó Finito de Córdoba mientras sudaba la gota gorda. Ambos habían librado un brillante y exigente examen que aprobaron con nota. Juan Serrano es de los más veteranos del escalafón superior y está anunciado en el cartel que se anuncia el sábado en Ávila con la primera corrida de toros de la nueva normalidad, en la que se anuncian toros salmantinos de Vellosino. "Nunca empecé tan tarde una temporada...", dice: "Nos ha tocado vivir un caso extraordinario. El virus ha paralizado el mundo sembrando una incertidumbre muy difícil de gestionar. Quisiera mandar mi pésame a todas las familias que han perdido un ser querido y la felicitación y agradecimiento a las personas que nos ha hecho posible salir adelante y también han salvado a muchas personas". ¡Al toro!

–¿Servirán de algo todas las concentraciones o paseos masivos de protesta que se llevaron a cabo en junio?

–Participé en Córdoba... Y es de agradecer lo que se ha hecho. Me parece bien el apoyo a la tauromaquia y más ahora pero soy más partidario de una sola manifestación. Teníamos que haber hecho lo posible por fomentar una y que fuera masiva. En Madrid y que Madrid se colapse por los toreros. Y, al minuto, que todas las autoridades nos estén llamando. Somos civilizados, educados, responsables, pacíficos, pero llega un momento que cuando se nos trata así, desde el Gobierno, Ministerio, Pacma, gente que no le gusta ni nos respetan, hay que tomar otras iniciativas y sacar la personalidad que tenemos y aflora sólo cuando nos vestimos de torero. Hace varios años se hicieron en Castellón y Valencia, allí estaban todos lo que les interesaba la foto, pero que me digan los resultados exteriores que se obtuvieron. Hoy seguimos igual. Allí hubo 45.000 personas, pero hay que ir más allá para que nos escuchen y nos respeten.

–¿Quién tiene la culpa de la situación que atraviesa el toreo, el virus, los políticos antitaurinos o el sector?

–Los toreros en mayúsculas. Somos los responsables de todo, por no hacernos respetar. Por eso estamos como estamos.

–Y, ¿qué se está haciendo mal?

–¡Todo! Desde la imagen hasta el reglamento. Habría que cambiar mucho, y no precisamente la puya, como propone algún compañero. Porque se lidia el toro más grande que jamás se lidió y el toro con más trapío y preparación, física y de alimentación. Se ha seleccionado de una manera importante y con un porcentaje alto de calidad, nobleza, duración, entrega, pero sáquenme el porcentaje que se lidia y cuántos son los que se dejan hacer el toreo del que nos alimentamos. Quitaría la báscula y transmitiría a la gente que de nada sirve el toro de 550 kilos, no hace falta que pase de 480, que las caras fueran armónicas y toreras, ese toro también te hace pasar problemas. A veces ves toros con caras que qué condición no tienen que tener para colocar la cara ahí, y pasárselo por los muslos o por la faja... Por eso tienen tanto mérito los compañeros. Jamás se le ha hecho al toro lo que se le hace hoy, en el sitio que se ponen y por dónde se pasan los toros.

–Más grave aún es la situación de los novilleros...

–Desde luego, y tenía que haber empezado por ahí. Es cruel y me parece tremendo que tengan que ponerse delante de auténticas corridas de toros que no nos encontramos ni nosotros en muchas ferias. Es un crimen. Me indigna. Y, luego, que no les quede dinero ni para pagar la cena. Es inhumano. Eso habría que ponerlo en el reglamento. Le hemos dado los mínimos, dice el empresario dándose por satisfecho como si fuera un logro. Se debería certificar y publicar lo que le queda en el bolsillo a ese compañero con los mínimos cuando se quita el traje de luces. Y ese torero necesita pagar las comidas, gasolina, capotes y muletas, usan calzonas, trajes de luces... digo yo. Necesita dinero para hacer noche en algún hotel de camino cuando va o viene de torear... A los novilleros, el toreo de hoy no le permite más que gastos. Y eso se lo puede permitir uno de cada 1000 que lo intenta. Esto es tan difícil que solo los elegidos llegan a disfrutar del toreo, pero lo importante es que el día de mañana a los que no han llegado, por el motivo que sea, que sean grandes aficionados y sientan toreo. Y que hagan que se respete y si salta un osado a su lado que, educadamente, sepa callarle la boca. Fomentar eso sería lo importante y no lo hacemos.

–¿Qué se puede hacer para lograrlo?

–Hace años, propuse en colegios de Córdoba, dar charlas, conferencias, clases prácticas... cosas preciosas, manualidades en torno al toro con niños de 8-12 años. Fue precioso. Toreamos todos, se jugó al toro. Muchas de las familias de esos niños no serían partidarios del toreo, no digo que estén en contra, pero tal vez no lo conocieran. Y esos niños volvieron a sus casas jugando al toro sin hacer mal a nadie. Fue precioso. Algún aficionado saldría. Ahora proponer eso... El mejor ejemplo lo tenéis en Salamanca, donde hay grandiosos toreros y grandes figuras históricas, con Marco Pérez. Con esa edad, los valores que tiene. La forma de expresar como lo hizo en la Plaza Mayor, es un ejemplo de vida, sacrificio, constancia, pasión, amor por su profesión y por la vida. Como niño le gustará jugar con los amigos de su edad, tendrá sus momentos de ocio y luego cómo es capaz de convertirse y ser un hombre, sin meterse con nadie. Tendrá sus aficiones y como tal asistirá a verlas y si no le gustan, las respetará. No se atreverá a expresarlo desde el desconocimiento y eso es lo que hace mucha gente con el toreo. Hablar sin saber, son más osados e ignorantes que este niño.

–¿Y no tiene la sensación de que el toreo se ha convertido en un espectáculo del que viven y protagonizan cuatro?

–El problema es la gente que se lo está ganando y son nuevos, no puedan tener el privilegio, el orgullo de torear 50 corridas de toros. Me resulta impensable que eso vuelva a suceder. Igual que otros tantos compañeros que matan esas corridas de toros duras que yo nunca fui capaz también tiene derecho a vivir del toreo como se vivió siempre. Tienen el mismo derecho y méritos que los que se están comiendo la tarta ellos solos. En la actualidad viven de esto cuatro. Hay muchas más ganaderías que embisten y crían un tipo de toro para disfrutar de esto. Y torero igual, cada uno en su medida.

–¿Tiene o le ve solución?

–Podía haberla tenido. Hemos tenido que esperar a que llegase esta maldita pandemia y podíamos haber resuelto muchas cosas y no hemos sido capaces, ni vamos a serlo. Tanto con el presidente de la Unión de Toreros, que tienen creado un chat privado, como con el abogado, hablé dos horas y transmití todo lo que estoy hablando contigo. Le vine a decir que no me preocupa lo que diga el Ministro, ni Pablo Iglesias ni Pedro Sánchez, lo que me preocupa es como está el toreo interiormente. Hay que arreglar el toreo por dentro antes de ir a ver al ministro. Luego, cuando lo resolvamos, que nos empiece a preocupar lo que digan fuera del toreo. Pero primero vamos a arreglar lo nuestro. Hagamos una base sólida, con los cimientos para aguantar. Y ahí es cuando hay que dar el siguiente paso. Se han reunido con el ministro de Cultura, ¿qué hemos logrado? ¿de qué se habló? ¿Qué conclusiones sacamos? A mí no me han notificado nada, se han reunido unos pocos toreros en casa de otro torero y ¿lo han notificado? ¿qué se ha comentado para el bien de la fiesta? ¿Qué han solucionado? ¿Qué van a arreglar? ¿Sabes que le dije? Que yo quería una reunión masiva, en la que estuviésemos mil o dos mil profesionales del toro, matadores, novilleros, banderilleros, picadores, mozos de espadas, ayudas... donde nos miremos todos a la cara y podamos debatir todo lo que se nos pase por la mente. Donde se destape mucha suciedad que hay en el toreo. Donde se pongan ejemplos y podamos solucionarlo todo, mirando a la cara a los compañeros. Con eso me basta. Empecemos por ahí.

–¿Y qué respuesta tuvo?

–Aún estoy esperando que por el grupo interno que tenemos los toreros pongan una coma a la conversación... Estoy esperando la llamada de algún compañero, del presidente (El Fundi), del abogado que me digan que le han transmitido lo que le dije. Luego ahí hablan que hay banderilleros que van por el túnel y ¿quién dice que los toreros no vamos por el túnel? Yo aún no he cobrado 6 corridas de toros desde hace 4 años. Desde la Unión que me lo expliquen, se han defendido casos, sí, pero si todos los compañeros sacaran los pagarés que, a día de hoy, tienen en el bolsillo, no sólo de pueblos sino de plazas y ferias importantes que siguen dando toros... Me gustaría que los sacaran y dijeran que no han cobrado. Esas seis corridas no las he cobrado, pero a mi cuadrilla ese dinero no les faltó. Todos los banderilleros tendrían que cobrar por su calidad profesional y así hablaríamos de otra cosa. Los mejores toreros, los del grupo especial, quieren llevar a picadores y banderilleros del grupo especial, salvo excepciones. Pero un banderillero del grupo especial no puede cobrar 200 euros más que uno mío. Tendría que cobrar acorde a lo que su jefe se lleve en Madrid cuando toreé en Madrid o en un pueblo cuando lo haga en un pueblo, más los derechos de imagen si los hubiera. ¿Pero cómo un banderillero de un figurón de hoy puede cobrar 200 euros más que uno mío, que cobro 10 veces menos que él? ¿Qué equilibrio tiene esto? Ninguno.

–Va a ser el primer matador de toros en vestirse de luces tras el parón del virus el sábado en Ávila... ¿Qué le parece la normativa de la Junta de Castilla y León que impone sobre el porcentaje de aforos una distancia de 1'5 metros entre aficionados en los cosos de la Región?

–Me ha sorprendido. No lo sabía. No es lo que en un principio se había hablado. Que sea lo sea lo que Dios quiera.

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