El ‘silencioso’ bautismo de sangre de Valentín Hoyos
El torero de La Alberca se recupera bien de la grave cornada que sufrió la semana pasada en la novillada del Carnaval del Toro | Tras el último examen médico, aún debe continuar en reposo

Sin que apenas nadie se diera cuenta, Valentín Hoyos salió del rectangular coso de Ciudad Rodrigo después de haber paseado en triunfo las dos orejas que le cortó al utrero de Montalvo en la novillada del Carnaval del Toro. Solo los más cercanos se habían percatado del pitonazo en el muslo derecho le había propinado el astado en la suerte suprema. Un derrote seco que no llegó a romper ni la taleguilla ni tampoco la piel en el embroque. No hizo ni un ademán de dolor y nadie podía imaginar que llevaba una grave cornada: “Ese fue mi deseo que nadie se enterara. De hecho ni mi familia que estaba en la plaza se dio cuenta”, confiesa con la voz pausada y templada Valentín Hoyos nueve días después del percance y tras salir de la clínica de la doctora Montejo, que es la encargada de seguir la evolución de la cornada que operó el doctor Crespo en la propia enfermería de la plaza. “Me han dicho que tengo que seguir guardando reposo”, dice el torero que aunque pueda apoyar un poco el pie tiene que seguir siendo amparándose por las muletas. “La herida por fuera, y a simple vista, dicen que está bien, pero por dentro aún no. Al parecer le queda tiempo”, puntualiza el propio espada. El torero de La Alberca concreta que ni él mismo llegó a pensar la gravedad del percance: “Sí sabía que la llevaba desde el primer momento que me dio el golpe, la pierna me quemaba muchísimo y rápido vi como me salió un bulto en el lugar del pitonazo. Sin embargo, cuando llegué a la enfermería, me quitaron la taleguilla y el panti la pierna se empezó a inflamar muchísimo y ahí fue ya cuando los doctores se dieron cuenta de la gravedad del percance”. A la operación en la enfermería del coso le siguieron después dos jornadas más ingresado en el Hospital de Salamanca, donde recibió el alta el pasado miércoles por la tarde. Valentín Hoyos fue atendido al finalizar la novillada en la enfermería de la plaza de toros de una “herida sobre sano en el tercio medio, cara interna, del muslo derecho, con trayecto hacia adentro de 12 centímetros que llega a la cara interna del fémur con arrancamiento de colateral directa de vena femoral, con pronóstico grave”, según recogía el parte que firmó el doctor Crespo.
Esta de Ciudad Rodrigo, que fue el bautismo de sangre de Valentín Hoyos, era la décimo séptima novillada con picadores tras su debut el 24 de febrero de 2020 en el propio Carnaval del Toro, apenas un días antes de que estallara el coronavirus y se paralizara el mundo: “Aquello lo frenó todo”, confiesa el espada serrano quien está confiado en que esta de 2023 va a ser una temporada “muy bonita” después de calificar la del año pasado “de rodaje”: “Maté novilladas fuertes que me dieron un buen sitio, ahora, este año debe de ser el del impulso definitivo porque ya me siento preparado para afrontar todos los retos, acudir a ferias importantes de novilladas y a plazas de categoría”.