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Los hermanos Tabernero, atentos a las explicaciones de José Ignacio Sánchez antes de comenzar la lidia.
Así aprenden los alumnos de la Escuela de Tauromaquia en tiempos de pandemia

Así aprenden los alumnos de la Escuela de Tauromaquia en tiempos de pandemia

A puerta cerrada con más de 200 novillos adquiridos por la Diputación que, ante el crítico panorama, hizo dos quites en uno: ayudas a los ganaderos y clases a sus toreros.

Viernes, 9 de octubre 2020, 20:12

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Una temporada en silencio, lejos de las miradas del público y sin el bullicio de las plazas de toros repletas de espectadores. Sin su juicio también. El coronavirus cerró los cosos taurinos, los ayuntamientos suspendieron las fiestas, los pueblos se quedaron sin toros y los alumnos de la Escuela taurina sin festejos en un año casi en blanco. La Diputación quiso escribir la hoja de la temporada con un doble argumento. La partida presupuestaria que cada año destina a los consistorios que celebran festejos con sus alumnos, decidió invertirla en los ganaderos con un doble objetivo. Por un lado, lanzar su ayuda ante la delicadísima situación de los criadores de bravo de la provincia comprándole reses dentro de un año crítico en el que no han tenido ingresos por la ausencia de festejos; y, por otro lado, continuar con la formación de sus alumnos: 80.000 euros para 200 novillos de 66 ganaderías salmantinas. Compró la bravura de las reses, así el ganadero ve los productos en sus fincas y los novilleros siguen toreando y aprendiendo de la mano de sus profesores. Una alternativa para caminar y crecer en tiempos de parón. El acuerdo se presentó en agosto y la iniciativa, que ya está en marcha, se prolongará hasta diciembre. La Escuela taurina de Salamanca tiene cerrados cinco citas por semana por las más variadas fincas del Campo Charro.

La formación y la base del toreo se trasladó de la plaza de los pueblos en fiestas a la soledad del campo. Allí siguen descubriendo la bravura y continúan forjando sus sueños, toreando los animales que debían haber lidiado en las novilladas previstas para esta temporada que se cancelaron por la pandemia. La cita con la Escuela llegó en El Guijo de Malvarín, a mitad de camino entre El Bodón y Fuenteguinaldo, la finca en la que pastan las reses de Manuel Santiago 'El Canario', una de las más puras reservas del encaste Murube. Cinco erales cuajados, hondos y bien comidos que no pueden ocultar su procedencia, ni en hechuras ni en comportamiento, esperaban en chiqueros. Los cinco alumnos de esta entrega son de los más aventajados del curso, sobre los que habría caído gran parte del peso de esta temporada que se difuminó casi antes de estrenarse: Ismael Martín, Mario Navas, Juan Sagarra y Manuel y Esteban Tabernero en acción. "Están toreando los más avanzados", comenta José Ignacio Sánchez desde la boca de un burladero, donde no para un segundo de dar consejos a sus pupilos: "Como son novillos, en función de los tamaños de los animales vamos eligiendo a unos u otros según el nivel que tengan, lo estamos haciendo de la misma manera que elegiríamos a los alumnos que habrían toreado las novilladas si se hubieran podido celebrar en una temporada normal", explica. "Ha sido una alternativa muy buena para no quedarnos parados y para que los chicos puedan seguir creciendo en su formación y evitar el parón que, por otro lado, ha sufrido todo el toreo. Y, además, ha sido un gesto muy destacado e importante de la Diputación con los ganaderos de Salamanca en un año en el que casi nadie ha lidiado nada", resalta el director de la Escuela taurina de La Salina.

Poderoso, maduro y solvente se mostró Ismael Martín; a un excelente nivel Mario Navas; ambos son los dos grandes referentes a día de hoy de la Escuela taurina con dos conceptos totalmente distintos y dos versiones del toreo. Más poderoso uno, más artista el otro. Los dos parecen tener valor. Manuel Tabernero quiere imprimirle siempre gusto a su interpretación del toreo y Esteban Tabernero se repuso de una fenomenal paliza en los primeros compases para terminar toreando templado. Sagarra apuesta por el concepto más clásico. Una prueba más, con la idea de seguir creciendo hasta que pase la tormenta del virus. Hasta que el sol vuelva a salir en las plazas de toros, hasta que se vuelvan a abrir sus puertas y los festejos que se celebren no sean la feliz excepción que hoy marca la noticia. Mientras, la alternativa es aprender en silencio, gracias al doble quite de la Diputación.

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