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Alejandro Marcos ha llegado a un acuerdo con Antonio Rekagorri para que dirija su carrera, a la que se ha unido Jesús Benito. Andoni Rekagorri (Galdakao, 1955), psiquiatra primero y político después, asumió diferentes cargos en el Ayuntamiento de Bilbao y después fue director de Acción Social en la Diputación de Vizcaya, sigue además en la aventura ganadera que inició hace tres décadas en Campocerrado. Se instaló en La Fuente y allí conoció a Alejandro desde que era un niño. En su finca toreó la primera becerra y hoy se ha convertido en su apoderado una vez que se ha jubilado: “Me planteó que le apoderase y yo también quería. Fue una coincidencia de intenciones”, comenta Rekagorri que dice afrontar la aventura como “un reto”. Se estrena en el apoderamiento aunque conoce el mundo del toro de manera sobrada. Además de ganadero, en los 80 creó la Escuela taurina de Bilbao y forma parte de la Junta Administrativa de la plaza de Bilbao: “Eso me ha permitido conocer ese mundo, conocer mucha gente y saber también sus grandes dificultades”. Por eso considera que “el mejor apoderado es el propio torero. Voy a intentar ayudarle por mi conocimiento, experiencia y contactos, pero quien se ganará los contratos será él”, apunta: “Trataré de abrir puertas y quiero que él me las abra también a mí”. Sabedor de la situación confía en las posibilidades: “La vida son retos y detrás están las oportunidades. Nos sentimos fuertes”, matiza y confiesa sentirse esperanzado: “Alejandro ha madurado mucho, como torero y como persona, su capacidad artística es conocida, y su entrega debe potenciar sus condiciones innatas. Ahora le hace falta un poco de suerte”.
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