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Derechazo de Alejandro Marcos a Parasolillo, el tercero de la tarde. FOTO: LIBERTAD RODRÍGUEZ
Alejandro Marcos, torería sin suerte de Santander

Alejandro Marcos, torería sin suerte de Santander

Doble silencio para el salmantino; la espada en el tercero y la aplomada condición del sexto frustran las ilusiones del salmantino en Cuatro Caminos. Torería sin premio.

Miércoles, 24 de julio 2019, 23:30

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Alejandro Marcos fulminó las buenas sensaciones de su primera faena con un horrible espadazo en los bajos. Se le fue la tizona al sótano, para poner broche a una actuación que había comenzado con un excelente saludo capotero a la verónica, en el que el torero de La Fuente de San Esteban meció el capote de manera maravillosa tras encajarse y templar las embestidas de un toro que en los primeros envites salió suelto y sin fijeza, para luego emplearse con nobleza en el percal del diestro salmantino. También tuvo sabor, tras el brindis al público, el inicio de faena de muleta con ayudados rodilla en tierra, así como la primera tanda con la derecha donde toreó templado y despacioso. Se enrevesó todo de ahí en adelante y solo quedó en la retina algún buen natural cuando el toro de La Ventana ya había plantado renuncio y apenas se desplazaba en cada embestida. La espada dictó sentencia.

Estrecho de sienes, acapachado y de preciosa lámina Alejandro Marcos volvió a darle buen trato a verónica al sexto, de nombre Pompito y con el hierro de El Puerto, al que acarició con el percal en saludo templado y de manos bajas. Sabrosa tarde capotera del salmantino en Cuatro Caminos. Picó Óscar Bernal que dejó un excelso y medido puyazo en todo lo alto. Se ciñó después Alejandro Marcos en los delantales mientras la parroquia protestaba la endeblez del pupilo del Puerto. No se recuperó en una faena en la que cada vez se hundió más en la arena, aplomado y agarrado al suelo, Alejandro Marcos, a base de buen trato, temple y lentitud en las formas trató de exprimirlo al máximo y alargar unas embestidas exiguas. Se asfixiaban las ilusiones mientras doblaba la tarde. Un pinchazo hondo y atravesado puso fin a un tarde presidida por la torería y lastrada por la mala suerte.

El Fandi no se lanzó ni entendió con el codicioso primero mientras que firmó una auténtica explosión con el excelente cuarto tras un brillante tercio de banderillas y un emotivo inicio de faena con las dos rodillas en tierra. Se pegó un auténtico festín ante las soberbias embestidas de Pescadilla que fue un gran toro y mereció honores mayores. Se le pidió con fuerza la segunda oreja, pero el presidente se aferró a la deficiente colocación de la baja estocada para no regalar la puerta grande. Por su parte, Castella castigó en exceso al noble y cadencioso primero con un exigente inicio tras un fuerte castigo en varas; mientras que con el buen quinto acumuló muletazos sin que ninguno llegara a los tendidos en faena eterna y vacía de todo que terminó en nada. Lo mejor, la estocada.

LA FICHA

Con llenos en los tendidos en tarde soleada y de sofocante calor.

Se lidiaron dos toros PUERTO DE SAN LORENZO y uno de LA VENTANA DEL PUERTO (3º). Codicioso el encastado y poderoso 1º; noble pero renqueaste el muy castigado 2º; y a menos el noble 3º. A los tres se les castigó en exceso. Excelente el bravo, encastado y repetidor 4º que mereció honores mayores; con gran fijeza, prontitud y nobleza el 5º, que fue otro buen toro; y aplomado el 6º.

EL FANDI, silencio y oreja con fuerte petición de la segunda que no otorga el presidente que se llevó una sonora bronca.

SEBASTIÁN CASTELLA, silencio y saludos con aviso tras leve petición.

ALEJANDRO MARCOS, silencio y silencio tras aviso.

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