Vítores, champán y dos palomas: la bienvenida al condenado por la puñalada de la calle Correhuela a su salida de Zambrana

Vítores, champán y hasta dos palomas al aire. El recibimiento de familiares y amigos al autor de la puñalada a un joven de 22 años en la calle Correhuela en diciembre del pasado año, no ha podido ser más vistosa, incluso podría decirse, más fastuosa.

Su salida tuvo lugar el pasado jueves, coincidiendo con el vencimiento de la medida de prisión preventiva impuesta -9 meses de internamiento-, la Ley del Menor no permite mantener más tiempo esta medida sin sentencia.

Y su familia no quiso perderse su salida y vuelta a casa, por supuesto, con el mejor de los recibimientos. Una bienvenida muy muy especial, informan distintas fuentes alguna de ellas que incluso han sido testigos de lo que allí pasó. A los gritos de ¡viva, viva!, siguieron unos sonidos similares al de los cohetes o de los fuegos artificiales, pero no era el descorche de botellas de champán, mientras decenas de allegados se arremolinaban a la entrada del centro. Y por si esto fuera poco, no pasaron por menos que coronar el recibimiento con la suelta de dos palomas blancas.

Tan solo un día después, el viernes, el juez de Menores de Salamanca dictaba sentencia en el caso, tal y como este martes viene avanzando LA GACETA. El chico, que en el momento de los hechos tenía 16 años, era castigado con dos años de internamiento por un delito de lesiones, además de seis meses de libertad vigilada y el pago, junto con sus progenitores, de 48.000 euros de indemnización al perjudicado.

La sentencia aún no es firme y contra la misma cabe recurso, pero de adquirir firmeza el menor debería cumplir la pena completa impuesta por el magistrado, es decir le quedan un año y tres meses de internamiento. No obstante es más que probable la interposición de recurso.

Cabe recordar que los hechos tuvieron lugar la madrugada del 8 de diciembre del pasado año, cuando se inició una discusión entre dos grupos de jóvenes en la el Pub Berlín, que continuó en la calle y en medio de la que uno de ellos, que entonces tenía 16 años, al ver que el joven de 22 tenía agarrado por el cuello a uno de sus amigos, se dirigió hacia él con un objeto punzante -una navaja o un cristal-, con el que le lanzó varias acometidas, una de las cuales le alcanzó y le seccionó la vena y arteria femoral. La inmediata intervención de un amigo y un policía que le hicieron un torniquete fue fundamental para evitar su muerte.

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