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El empresario de la construcción que hace apenas seis meses denunciaba el robo de su retroexcavadora en plena calle de Villamayor, denuncia ahora el robo de una hormigonera en el mismo lugar, la calle Torío de la localidad, en las proximidades del campo de golf.
A estos dos robos se unen otros tres denunciados en el último año, de baterías y gasoil, y recientemente también el de las piezas de un andamio que aún no ha tenido tiempo de denunciar y que casualmente se encontraba en el mismo lugar.
Según informa a LA GACETA el propio perjudicado, Pablo Ayuso, propietario junto con su familia de ambas máquinas, el robo se produjo este domingo a mediodía, entre las 12:30 y las 13:00 horas.
“Está todo grabado”, asegura Pablo, que manifiesta que tiene la matrícula de la furgoneta que habrían utilizado los ladrones para llevarse la máquina.
En el vídeo recogido al parecer por una cámara de videovigilancia situada en las proximidades se ve como una pareja, un hombre y una mujer, levanta la valla de la obra y marcha atrás accede con la furgoneta al interior, donde cargan la máquina y a continuación de van, señala.
Pablo Ayuso lamenta que es ya el quinto robo que sufre en menos de un año y aunque ya ha puesto los hechos en conocimiento de la Guardia Civil no se sabe nada de los delincuentes, de los autores de los cinco robos.
“Aquí parece que no pasa nada, pongo la quinta denuncia en la Guardia Civil y me siguen robando en la misma obra”, manifiesta este constructor salmantino que no oculta su desesperación.
“Cuando he llamado para preguntar a la Guardia Civil, me responden que conmigo no tienen que hablar”, señala molesto ante una situación que no parece tener fácil solución.
La hormigonera tiene tres meses y está valorada en unos 2.000 euros, señala Ayuso.
El robo de la retroexcavadora, de 9 toneladas de peso, fue también en domingo. El pasado mes de octubre, según denunció el constructor, la tenía aparcada en la citada calle, donde están construyendo chalés, y alguien se la llevó utilizando para ello “una llave o lo que sea”, porque las llaves en este tipo de maquinaria sirven para arrancar otras similares, señala él mismo.
Una retroexcavadora que “con el dolor de sus riñones” su padre había comprado por unos 40.000 euros y que desapareció, motivo por el que lamentaba ya entonces: “Estar toda la vida trabajando para que de un plumazo de lo lleven...”
“Como ustedes comprenderán, estoy como si me hubieran robado una parte de mí”, manifestaba por su parte su padre, Francisco Javier Ayuso.
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