La Guardia Civil, con algunos de los objetos intervenidos. ARCHIVO

Un policía de la «rama de Salamanca», implicado en la trama que blanqueaba 400.000 euros al día de negocios asiáticos

El agente aseguraba el transporte de dinero en efectivo y metales preciosos de la trama con sede en Córdoba. Durante la investigación, se efectuaron 19 detenciones y 20 registros en distintas provincias

C. L. S.

Salamanca

Jueves, 23 de octubre 2025, 12:12

Un agente de la Policía Nacional está implicado en el entramado criminal con capacidad para blanquear 400.000 euros al día a través de la compra-venta de metales preciosos como oro y plata. Tal y como publicó este medio, la denominada ‘Operación Fenicio-Diávolo 24’ se zanjó con 19 personas detenidas, además de otras seis personas físicas y ocho personas jurídicas investigadas—cinco de ellas en prisión preventiva por delitos de blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal—. Durante la operación de la Guardia Civil, los agentes efectuaron registros en dos establecimientos de Salamanca.

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En la investigación de la trama, este agente que trabajaba de lleno en el entramado, formaba parte de la denominada ‘rama de Salamanca’, encargada del transporte físico del dinero en efectivo -millones de euros- entre Córdoba y fundiciones de oro en varias provincias de la meseta norte. Tal y como publica el diario ABC, la presencia de este agente llamó la atención de los investigadores por cómo dotaba de seguridad estos transportes. Su ‘modus operandi’ consistía, tal y como se relata en los informes de vigilancia de la UCO que recoge el sumario de esta causa que investiga el Juzgado de Instrucción Ocho de Córdoba, que el agente J.M.B. acompañaba de forma habitual a M.S., supuesta colaboradora del grupo, en viajes de más de 1.000 kilómetros entre la provincia de Salamanca y la oficina donde se asentaba el cabecilla de la mencionada trama, ubicada en la avenida del Gran Capitán, en Córdoba.

La operación arrancó en abril del 2024 cuando se averiguó que varias empresas de la provincia de Córdoba recibían a diario grandes cantidades de dinero en efectivo procedente de organizaciones criminales para que estas lo introdujeran en el circuito financiero legal.

La organización criminal utilizaba una oficina en la capital cordobesa para dirigir y gestionar el blanqueo de capitales y recibir enormes cantidades de efectivo. Además, contaba con ramificaciones y eslabones en diversas provincias de España— Salamanca, Madrid y Zamora—desde las que transportaban el dinero en efectivo a varios puntos del territorio nacional para adquirir oro de procedencia irregular.

Este metal era posteriormente vendido en distintas empresas del Parque Joyero de Córdoba, quienes se encargaban de su reintroducción en el mercado lícito.

Por ello, la investigación se centró en una serie de empresas “pantalla”, controladas por la organización criminal y administradas por testaferros, así como en las transferencias bancarias de fondos, aparentemente lícitos, una vez desvinculados de su verdadero origen criminal.

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Con ello, dichos fondos blanqueados eran remitidos a los “clientes” de esta primera organización criminal, quienes los habrían entregado inicialmente en efectivo, de origen presuntamente ilícito, siendo esta una organización criminal de origen asiático.

Durante los registros, que se acometieron en distintas provincias como Salamanca, Zamora, Madrid, Sevilla y Córdoba; y de la inspección fiscal que se llevó a cabo en una fundidora de metales preciosos en la localidad madrileña de Paracuellos de Jarama, se intervinieron 615.935 euros en efectivo, 12,5 kilos de oro valorados en 1.150.000 euros aproximadamente, 15,2 kilos de plata, un gran número de joyas de origen desconocido, ocho contadoras de dinero en efectivo, dos pistolas, cuatro cargadores de armas de fuego y diversa munición. Así como ocho vehículos, dos de ellos con sistemas de ocultación en dobles fondos y abundante documentación.

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Recogían cantidades indeterminadas de dinero diariamente

Esta segunda organización criminal poseía un carácter violento, encontrándose algunos de sus miembros vinculados al tráfico de drogas y delitos contra las personas, actividades que originaban parte del capital blanqueado. Igualmente, a partir de la presente investigación, se ha podido comprobar cómo miembros de la organización recogían, prácticamente a diario, cantidades indeterminadas de dinero en efectivo de diversos establecimientos asiáticos, por lo que no se descarta que una parte de los fondos blanqueados tuvieran su origen en un posible delito fiscal derivado de la incorrecta declaración de los beneficios obtenidos en estos negocios.

Finalmente, una vez completada la operativa por la organización criminal de blanqueo de capitales, la organización criminal de origen asiático (cliente) requería a la primera que les remitiesen los fondos blanqueados a empresas controladas por estos situadas en países de difícil cooperación internacional, como es la República Popular China.

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