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Martes, 1 de diciembre 2020, 22:41
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El Juzgado de lo Penal número Dos de Salamanca dejó este martes visto para sentencia el juicio contra cinco operarios por un voraz incendio forestal que en el mes de julio de 2013 arrasó 45 hectáreas en Las Arribes del Duero. En sus informes, la fiscal mantuvo su petición inicial de pena, un año y diez meses de prisión para cada acusado y multa de 9.000 euros, al considerar que su conducta fue negligente, mientras que ellos coincidieron en negar su culpa apuntando a que el fuego fue accidental. La fiscal pide además el pago de 72.276,43 euros para la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León que corrió con los gastos de extinción, indemnización de la que deberán responder los acusados y de forma subsidiaria las empresas Sereal SLU y Applus Norcontrol SLU para las que en el momento de los hechos trabajaban los operarios.
Según señala la Fiscalía en su escrito de calificación, los acusados -M.R.R., D.R.M., F.R.F., F.C.C. y J.L.R.M- se encontraban trabajando sobre las 17.25 horas del 11 de julio del año 2013, cuando se declaró el fuego.
M.R.R. lo hacía como empleado de la empresa Applus Norcontrol SLU, mercantil que había asumido la supervisión de los trabajos e impermeabilización de depósitos de aceite y colocación de tramos en fosos de aceite en la subestación eléctrica de Aldeadávila de la Ribera, mientras que el resto de acusados lo hacían como empleados de Sereal SLU, que tenía adjudicada la realización de los trabajos en obra civil necesarios para la adecuación ambiental de los fosos y depósitos de recogida de aceite de la subestación de Aldeadávila 400 propiedad de Red Eléctrica de España SAU.
En el momento de los hechos, los cinco realizaban labores de mantenimiento de un depósito de agua, concretamente acometían tareas de achique de agua para lo que hacían uso de un generador eléctrico de combustión propiedad de Blape SL que había sido alquilado por la empresa Sereal SL y que estaba en perfecto estado de mantenimiento.
El generador había sido situado en una zona llana, rodeada de abundante pasto y monte bajo. Debido a un exceso de hollín en la boca de la parte final del tubo de escape por el que se produce la salida de gases y humos, éste produjo una gran llamarada, de manera que los restos de hollín salieron despedidos de forma incandescente, se depositaron sobre el generador y en los alrededores, y causaron la ignición del combustible vegetal, todo ello favorecido por el bajo índice de humedad del ambiente.
Tales circunstancias provocaron la propagación veloz del incendio, no pudiendo ser controlado por los acusados, que procedieron de forma inmediata a abandonar el lugar.
Como consecuencia de ello, resultaron afectadas 45 hectáreas, propiedad de Iberdrola y encuadradas en el Parque Natural Arribes del Duero.
El incendio fue extinguido a las 22.00 horas de ese día y los gastos de extinción ascendieron a 72.276,43 euros.
Como consecuencia de lo ocurrido, la Fiscalía concluye en su escrito de calificación provisional, que “los acusados no adoptaron las más elementales precauciones ni en su instalación ni en el mantenimiento del generador eléctrico para evitar que pudiese originar un incendio. En especial, no dispusieron ningún mecanismo o sistema que evitase la proyección de chispas desde su tubo de escape, ni despejaron de vegetación el terreno circundante al mismo”, concluye el Ministerio Público.
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