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El pasado noviembre Cabezuelo se sentó junto a otros tres miembros de La Manada ante un juez por abusar presuntamente de una chica en Pozoblanco (Córdoba).
Pacífico y acomodado: la vida de Cabezuelo en la prisión de Topas

Pacífico y acomodado: la vida de Cabezuelo en la prisión de Topas

Un año después de su traslado a la cárcel salmantina, el exmilitar de La Manada trabaja como bibliotecario y recibe una vez al mes la visita de sus familiares desde Sevilla

Domingo, 10 de mayo 2020, 01:19

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Es el único de los cinco condenados por la violación grupal a una joven en los Sanfermines de 2016 que optó por solicitar una cárcel fuera de Andalucía y ahora, cerca de un año después de su traslado al centro penitenciario de Topas no se arrepiente. Alfonso Jesús Cabezuelo, el exmilitar de La Manada, ha logrado adaptarse completamente a la vida en el penal, donde ahora trabaja como bibliotecario y evita todo tipo de conflictos. Entre sus planes no está el intentar un traslado a una cárcel más cercana a su ciudad natal, Sevilla.

Según ha podido saber LA GACETA por fuentes de la prisión y allegados al condenado, Cabezuelo está contento de haber solicitado el centro penitenciario de Topas, donde ingresó en agosto del pasado año con un claro objetivo: pasar desapercibido y acabar sus estudios de Psicología. Y así lo está haciendo. A pesar de no guardar ningún vínculo con Castilla y León, se decantó por la prisión salmantina movido por las altas posibilidades de acceder a un empleo y la carencia de sobreocupación que tiene el centro. A día de hoy el joven de 31 años es ordenanza del Edificio Sociocultural.

Después de unos primeros meses en los que el joven estuvo custodiado por un preso "sombra" e hizo una vida más aislada, ahora el sevillano guarda estrecha relación con algunos de los presos que hacen vida con él en el Módulo 12, un área de respeto en el que conviven medio centenar de internos con buen comportamiento. De hecho, en estos meses el exmilitar ha participado activamente en muchas de las actividades del centro, ha acatado órdenes y no ha protagonizado ningún conflicto.

Como anécdota, las fuentes consultadas aseguran que semanas atrás se disputó un partido de fútbol sala entre presos y que pese a que uno de ellos de otro módulo comenzó a increparle Cabezuelo optó por no meterse en problemas.

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