La maldición de la calle Imperial: el incendio se repite un año después

La mujer resultó con la cara y los brazos abrasados al ser alcanzada por las llamas mientras salía apresuradamente del domicilio, que quedó seriamente dañado a causa de la voracidad del fuego.

El domicilio se inundó rápidamente de humo convirtiéndose en una auténtica ratonera, lo que complicó enormemente las tareas de los agentes y la extinción, que se prolongó durante hora y media y para la que se hizo necesario el desalojo del edificio.

La Policía Nacional precintó el domicilio y dio inicio a la investigación de las circunstancias del siniestro, provocado según la versión de la afectada, por un brasero eléctrico que había dejado encendido en el salón para calentarse mientras dormía.

Pero no fue este el único incidente en los últimos años en la calle Imperial. El 24 de julio de 2016 se registró otro fuego en un piso del número 25. Un despiste tras una noche de fiesta pudo costar caro a dos jóvenes, aunque todo quedó en un susto gracias a un golpe de suerte y a la rápida intervención de los bomberos.

El incendio se registró a primera hora en un bajo, donde dos jóvenes que regresaban de fiesta se pusieron a cocinar unas patatas fritas y mientras esperaban se quedaron dormidos en el salón, originándose el fuego.

Afortunadamente una de las ventanas del piso estaba abierta y un testigo que vio desde la calle el humo alertó a los servicios de emergencia, que a su llegada encontraron a uno de los chicos desorientado y al otro dormido. Los dos jóvenes fueron atendidos en el lugar por el personal de Sacyl, aunque les dieron de alta allí mismo.