‘El Puparelli’ acepta tres años y medio de prisión por su huida de película que se zanjó con seis policías y el propio infractor heridos en Salamanca

Según ha podido saber LA GACETA, el delincuente ha aceptado el acuerdo alcanzado previamente entre las partes, por el que se le han impuesto tres meses de prisión por el delito de conducción temeraria y tres años y tres mees por el de atentado a los agentes de la autoridad: tres años y medio de prisión en total. La acusación se ha reservado las acciones civiles, de manera que será en otro procedimiento civil cuando la aseguradora que cubría el vehículo con el que cometió los hechos deba responder de las indemnizaciones a todos los afectados.

El acuerdo ha sido posible gracias a la considerable rebaja en la pena solicitada -la Fiscalía le pedía seis años y tres meses de prisión y 23.000 euros de indemnización- al haberse estimado que en su caso concurren tres atenuantes: drogadicción, dilaciones indebidas y reparación del daño. Y es que además d ellos problemas con las drogas, se ha tenido en cuenta que la causa ha estado paralizada dos años en el Juzgado de lo Penal número Uno de Salamanca y además que el acusado ya ha abonado 5.000 euros por los hechos.

En su escrito de calificación, al que ha tenido acceso LA GACETA, el fiscal señala que los hechos comenzaron sobre las 17.46 horas del 19 de mayo de 2017 cuando L.M.B.P. -condenado en varias ocasiones, entre otras por delitos de atentado y lesiones-, conducía un turismo Rover 45, propiedad de su madre, pese a carecer del carné necesario -tenía solo la licencia para conducir ciclomotores- por El Rollo, por donde circuló en sentido contrario siendo observado por un policía local que lo comunicó a través del equipo de transmisión.

Minutos después, el vehículo infractor fue visto en el paseo de los Madroños por otros agentes que, pese a ir en un vehículo camuflado, fueron reconocidos por el acusado, de manera que arrancó bruscamente y con el semáforo en rojo, siendo perseguido por varias patrullas con señales acústicas y luminosas, a las que se fueron sumando más patrullas.

Al verse perseguido, prosigue el fiscal, L.M.B.P. aceleró su marcha sin respetar ninguna señal ni preferencia de peatones y continuó con su veloz conducción por varias calles de la ciudad, en algunas en sentido contrario, hasta impactar contra un Renault Megane.

Pese a ello continuó, encontrándose con un vehículo policial cruzado para que se detuviera, a lo que hizo caso omiso, obligando a dos policías a hacer una maniobra evasiva para no ser arrollados, tras lo que cruzó el puente Juan Carlos I y al llegar a la glorieta Puerta de Santa Marta perdió el control del vehículo, hizo un trompo y se metió en el césped de la misma, momento en el que un coche de la Policía Local consiguió que se detuviera, los agentes se bajaron con sus armas reglamentarias y le dijeron que parara.

Lejos de ello, L.M.B.P. se dirigió con su coche hacia los agentes, por lo que uno de ellos tuvo que disparar al aire, tras lo que colisionó contra otro vehículo de la Policía Local y luego contra un furgón de la Policía Nacional.

No conforme con ello y tras dejar a varios policías heridos, continuó su marcha, se adentró en La Fontana y volvió a la glorieta Base Aérea de Matacán, donde varias patrullas se le cruzaron intentando de nuevo detenerle, ante lo que perdió el control y se metió en la glorieta donde se paró y pudo ser al fin detenido, no sin oponer fuerte resistencia.