El acusado de abusar de una compañera de trabajo en Salamanca: “Solo le di una palmada en el culo, sin ánimo sexual”

Así lo han señalado fuentes del caso a LA GACETA, que informan de que por su parte, la víctima no solo se mantuvo firme en su relato, sino que fue a más en sus acusaciones. Así, explican, mantuvo que además de mostrarle mensajes obscenos y de llegar a verle los pechos tras introducirle en varias ocasiones un metro por el cuello de la camisa, le espetó todo tipo de expresiones impúdicas y un día que estaba de espaldas en el escaparate, le tocó el trasero llegando a introducirle los dedos en la zona de la vulva, tras lo que le dio una palmada en las nalgas. Según llegó a decir, “se restregó” contra ella.

La jefa y otra dependienta que estuvo trabajando un tiempo en el comercio declararon como testigos en la vista oral. Señalando la primera que efectivamente la víctima le había dicho que el acusado le había tocado el trasero pero entonces no le dio demasiada importancia, mientras que la segunda manifestó que se lo contó por teléfono y le mostró como habían ocurrido los presuntos abusos cuando quedaron para correr.

El acusado utilizó su último turno de palabra para disculparse y pedir perdón por si la mujer se había sentido ofendida.

El juicio se prolongó este martes más de una hora, al terminó del que el fiscal mantuvo su petición de un año y medio de prisión por el delito de abuso sexual, multa de 480 euros por un delito leve de coacciones y 2.000 euros más por la intromisión en la indemnidad sexual de la víctima.

Mientras tanto, la acusación particular no pide prisión pero sí una multa de 6.300 euros, más la indemnización de 2.000 euros. La defensa, por su parte, mantiene la inocencia de su cliente y solicita la libre absolución.

Según recoge el fiscal en su escrito de calificación, los hechos se remontan a los meses de julio, agosto y septiembre de 2019, cuando por motivos de trabajo el acusado, de 57 años, coincidió en la tienda con la víctima, de 44. A partir de ese momento, aprovechó tal circunstancia para, movido por el ánimo sexual, enviar mensajes obscenos a la mujer.

De este modo, señala el fiscal, introdujo en varias ocasiones un metro por el cuello de la camisa de la víctima, logrando verle los pechos.

En otra ocasión, aprovechó que subía detrás de ella por las escaleras del comercio en el que trabajaban para volver a espetarle expresiones impúdicas.

Por último, relata el fiscal, en fecha no determinada del mes de septiembre de 2019, en el momento en el que la víctima se encontraba de espaldas colocando el escaparate de la tienda, le tocó el trasero y le introdujo a continuación los dedos en la zona de la vulva, propinándole acto seguido una palmada en las nalgas. Ante ello, la mujer apartó bruscamente el brazo del varón.