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Miércoles, 25 de noviembre 2020, 11:30
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Con la llegada de la pandemia de la COVID-19, son ya muchos los centros educativos, farmacias y clínicas dentales los que han incorporado purificadores de aire en sus instalaciones para asegurar un aire limpio de manera continua. Un ejemplo claro es el de las aulas, que con la llegada del frío tienen más complicada la ventilación natural de los espacios cerrados.
“La calidad del aire que respiramos en el centro escolar, tanto los alumnos como las personas que trabajan en él, se ha convertido en una preocupación adicional para todos, debido a la situación actual que atravesamos”, afirma Raquel Jaén, presidenta del AMPA del Colegio Sagrat Cor de Jesús, en Tarrasa.
Este centro docente, impulsado por una iniciativa del AMPA, ha sido el primero en dicha localidad en incluir en sus aulas purificadores de aire para garantizar mayor seguridad, “ya que la ventilación cruzada puede resultar innecesaria o no conveniente, debido a la llegada del frío”.
Otro de los colegios que ha incorporado este sistema es el Lux Mundi-ACYS de Granada. “Ha sido acertada la iniciativa del AMPA de incorporar en todas las aulas y espacios comunes purificadores con filtros HEPA, sobre todo pensando en que con la llegada del frío la ventilación de las aulas se dificulta. Ahora nuestros alumnos están más protegidos”, reconoce Carmen Gámez, directora del centro.
En esta situación de pandemia, el escenario adecuado nace de la combinación de la ventilación natural cruzada o provocada por sistemas mecánicos, complementada con un purificador de aire capaz de filtrar las partículas en suspensión de una manera rápida y recurrente. Este objetivo se consigue con la suma de dos factores: un filtro HEPA eficaz y la velocidad y eficiencia del purificador, medidas por CADR o tasa de suministro de aire limpio.
Los purificadores de aire se probaron en el instituto de pruebas Airmid contra el virus de la influenza N1H1, mostrando una eficiencia de eliminación del 99,9%. “Después de que los virus son capturados en el filtro, se desactivan naturalmente. Esto puede tomar entre varios minutos y varias horas dependiendo de la temperatura ambiente. Es poco probable que los virus se propaguen nuevamente desde el filtro”, señala María Nicolás Moure responsable de negocio de Aire en Philips Iberia.
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