Usuarios de Salud Mental Salamanca en uno de los talleres de la asociación junto a varias monitoras y el director, Roberto Bernal.ALMEIDA
Más de tres décadas al servicio de la salud mental en Salamanca
AFEMC impulsa programas pioneros en el ámbito infanto-juvenil, viviendas supervisadas, asistencia personal y empleabilidad. Su director, Roberto Bernal, subraya la necesidad de adaptarse a los nuevos retos
Domingo, 1 de junio 2025, 05:00
Según los últimos datos aportados por el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud, el 34% de la población española tiene algún problema de salud mental. Además, los problemas de salud mental superan el 40% en la población de más de 50 años y el 50% en la de más de 85 años.
Respecto a los trastornos mentales diagnosticados, los más prevalentes son los trastornos de ansiedad, seguidos de los trastornos del sueño y los depresivos. Se estima que alrededor del 27,4% de la población mundial tiene algún problema de salud mental. Este porcentaje se eleva al 30,2% en mujeres y al 24,4% en hombres. Trastornos mentales graves como la esquizofrenia afecta a aproximadamente 24 millones de personas, es decir, a 1 de cada 300 personas y aproximadamente, 46 millones de personas en el mundo sufren trastorno bipolar, lo que representa alrededor del 2,4% de la población mundial.
Estas cifras reflejan la urgente necesidad de abordar la salud mental y visibilizar estos problemas, apelando al compromiso de todos los agentes implicados. Sin embargo, la última edición del Atlas de Salud Mental 2020 de la OMS pone de manifiesto que, aunque estos últimos años se les ha prestado una mayor atención a los problemas de salud mental, esta atención aún no se ha traducido en una ampliación de los servicios de atención de calidad. En propias palabras de Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud: «Debemos atender esta llamada de atención y actuar al respecto acelerando drásticamente el aumento de la inversión en salud mental, porque no hay salud sin salud mental».
AFEMC
Salud Mental Salamanca nació en 1992 como AFEMC, Asociación de Familiares de Enfermos Mentales Crónicos de Salamanca, promovida por un grupo de profesionales y familiares de personas con problemas de salud mental con el objetivo de mejorar la calidad de vida tanto de los afectados como la de sus familias.
En la actualidad, la asociación cuenta con unos 200 usuarios, aunque la cifra puede variar en función de los programas activos. La franja de edad es muy amplia, desde los 20 hasta los 60 años. AFEMC gestiona un centro ocupacional en su sede de la calle Castroverde, donde se realizan talleres manuales y psicosociales dirigidos a fomentar la autonomía y la integración social.
AFEMC puso en marcha hace 15 años una sección específica para niños y adolescentes con trastornos de salud mental. «Fuimos pioneros en Castilla y León», subraya Roberto Bernal, director de la asociación. Este programa de atención a niños y jóvenes ha ido creciendo y actualmente es un pilar de la asociación.
AFEMC desarrolla múltiples líneas de intervención como el servicio de viviendas supervisadas, que permite a personas con enfermedad mental vivir de forma autónoma, aunque con un seguimiento profesional. Actualmente disponen de 11 pisos en Salamanca, donde intervienen educadoras sociales para garantizar que siguen los tratamientos y hábitos saludables.
También disponen de un servicio de asistencia personal, pensado para personas que viven de forma independiente, pero necesitan ayuda puntual: desde acompañamiento al médico hasta apoyo en gestiones cotidianas.
Otro eje fundamental es la inserción laboral. En AFEMC trabajan dos profesionales dedicadas a facilitar el acceso al empleo. «Hacemos de puente entre los usuarios y las empresas, buscamos ofertas, les formamos y realizamos un seguimiento en el puesto de trabajo», comenta Bernal. Este servicio se completa con cursos de capacitación y formación específica.
Profesionales
AFEMC cuenta con un equipo de 44 profesionales: psicólogas, educadoras y trabajadoras sociales, monitores de talleres, personal de administración, responsables del servicio de empleo y asistentes personales. Esta estructura permite a la asociación ofrecer una atención integral y personalizada, adaptada a las diferentes necesidades.
«En la asociación tenemos usuarios con distintas enfermedades mentales: esquizofrenia, bipolaridad, psicosis… Pero también trastornos que no se consideran crónicos, como ansiedad, estrés o depresión, que afectan sobre todo a la población joven», indica el director. En los últimos años, la asociación ha ampliado su servicio para atender estas nuevas demandas sociales.
En ese sentido, AFEMC apuesta por una atención que tenga en cuenta los factores psicosociales y que trabaje no solo la enfermedad, sino también la prevención y la educación emocional. La asociación organiza actividades deportivas, excursiones al aire libre y participa en una liga de fútbol con otras entidades de salud mental de Castilla y León.
Cambio social
Roberto Bernal señala que la salud mental está evolucionando en paralelo a los cambios de la sociedad: «Ahora mismo hay más estrés, más presión, menos relaciones humanas directas. Y las nuevas tecnologías están teniendo un impacto muy fuerte en los jóvenes».
AFEMC también cuenta con la 'Escuela de Familias', que ofrece orientación a los familiares de personas con enfermedad mental. «Necesitan herramientas, información y apoyo para saber cómo actuar», subraya Bernal. La asociación trabaja además en el centro penitenciario de Topas, donde interviene semanalmente con reclusos que tienen problemas de salud mental.
Colaboración
AFEMC cuenta con la colaboración de las administraciones públicas a todos los niveles, instituciones y entidades. Parte de su financiación proviene también de los propios usuarios.
La asociación tiene además sedes en Guijuelo y Ciudad Rodrigo, lo que le permite actuar en zonas rurales de la provincia. También cuenta con voluntariado activo y convenios con la Universidad de Salamanca y la Universidad Pontificia, tanto para prácticas como para colaboración en actividades.
La implicación social es otro de los pilares del proyecto. Recientemente, la marcha de senderismo de Saucelle se celebró a beneficio de AFEMC, una muestra del respaldo que tiene la asociación entre la ciudadanía.
Aunque todavía queda camino por recorrer, el director considera que se ha avanzado mucho en la lucha contra el estigma de la salud mental. «Cada vez más familias afrontan los diagnósticos sin tabúes, con normalidad. Las asociaciones hemos tenido un papel importante en visibilizar estas realidades».
La asociación sigue creciendo, abriendo nuevas líneas de trabajo y adaptándose a las necesidades cambiantes de la sociedad. «Dentro de poco, las enfermedades mentales serán más frecuentes que las físicas», advierte el director. En este sentido, AFEMC realiza una labor esencial para defender la dignidad, la inclusión y el bienestar de las personas con problemas de salud mental y de sus familiares.
El director de la asociación, Roberto Bernal.
Pioneros en la atención infanto-juvenil
María Hernández, psicóloga de AFEMC.
Salud Mental Salamanca (AFEMC) creó hace quince años una línea de trabajo centrada exclusivamente en la salud mental infanto-juvenil. Lo que comenzó como un proyecto piloto, impulsado junto a la administración autonómica, se ha convertido en un servicio esencial de la asociación. «Fuimos los primeros en Castilla y León en abordar de forma específica la salud mental de niños y adolescentes», recuerda Roberto Bernal, director de la asociación.
La realidad, sin embargo, es cada vez más alarmante. «La demanda ha crecido muchísimo en los últimos años. Vemos más casos de autolesiones, tentativas de suicidio y problemáticas graves en edades cada vez más tempranas», señala Bernal.
AFEMC no solo atiende a jóvenes con diagnóstico, sino que también trabaja en el ámbito preventivo a través de un contacto directo con centros educativos. Allí intervienen tanto con el alumnado como con el profesorado. «Nos llaman cuando hay algún caso, pero también estamos presentes en el día a día con talleres y formaciones», señala.
La psicóloga María Hernández Blázquez, especialista en salud mental infanto-juvenil que también actúa en las viviendas supervisadas, explica que muchos de los casos que atienden no siempre están ligados a enfermedades mentales, sino a dificultades emocionales derivadas de contextos como el acoso escolar o el mal uso de las redes sociales. «Vemos muchos problemas de gestión emocional. La ansiedad es lo más frecuente, pero también aparecen trastornos más complejos como el trastorno límite de la personalidad, sobre todo en jóvenes a partir de los 18 años», explica.
Las autolesiones son una de las grandes preocupaciones, señala. «No siempre van ligadas a una enfermedad mental, pero son una manifestación frecuente entre adolescentes. Y lo vemos tanto en consulta como cuando acudimos a colegios e institutos. Los docentes y orientadores lo comentan».
En este contexto, los talleres de sensibilización que imparte AFEMC cumplen una labor esencial. Solo en el último año ofrecieron más de 140 sesiones en colegios e institutos de la provincia. Estos talleres, bajo las denominaciones 'Descubre: No bloquees tu Salud Mental', 'Reset: Salud Mental y el Uso de las TIC' y 'Abraza-T: Fortalece tu autoestima', están diseñados para distintos niveles educativos y son preventivos. La colaboración con los colegios se canaliza principalmente a través de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes.
Desde AFEMC valoran muy positivamente este cambio en la conciencia social sobre la salud mental juvenil. «Es una necesidad que crece, pero también vemos que aumenta el nivel de implicación y de sensibilidad», concluyen.
Ana Rosa García Pérez participa en varias actividades de la asociación.
«La asociación me ha cambiado la vida»
Ana Rosa García Pérez es asturiana, pero actualmente vive en Salamanca junto a su padre. Desde joven sintió una fuerte sensibilidad emocional y nerviosismo, aunque no supo identificar lo que le ocurría hasta muchos años después. «Sufría mucho, pero no sabía qué tenía», recuerda. A los 40 años, su cuerpo comenzó a manifestar los síntomas con mayor intensidad, y tras años con medicación sin un diagnóstico claro, finalmente recibió el informe clínico: trastorno psicótico breve y trastorno de ansiedad generalizada.
En 2014 solicitó el reconocimiento de discapacidad, que le fue concedido con un grado del 75%, centrado en la parte psicológica. «Físicamente estoy bien», aclara. La situación emocional se agravó por problemas familiares y la pérdida de empleo, lo que la llevó a trasladarse definitivamente a Salamanca.
Con experiencia laboral en el servicio doméstico, Ana Rosa hoy vive con una pensión no contributiva y trabaja de forma limitada: «Puedo limpiar una hora y media a la semana, sin niños, con tranquilidad». Esa tranquilidad es precisamente lo que encontró en la asociación Salud Mental Salamanca, a la que acude habitualmente para participar en talleres de costura, pintura, habilidades sociales, educación física y nutrición, entre otros.
«La asociación me ha cambiado la vida. Me ha dado rutina, apoyo psicológico y humano. Son trabajadores excepcionales, con una gran calidad humana», afirma. También participa en excursiones, clases de lenguaje de signos y actividades al aire libre en verano. «Aquí nos cuidan mucho, hacen más de lo que profesionalmente tendrían que hacer». En la asociación ha encontrado una red de apoyo que considera «su familia», concluye.
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