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María Toledo durante una de sus actuaciones. ARCHIVO
«He soñado media vida con cantar en la Plaza Mayor de Salamanca»
ENTREVISTA A MARÍA TOLEDO

«He soñado media vida con cantar en la Plaza Mayor de Salamanca»

La artista toledana llega a la ciudad con la gira de su último trabajo, 'Vicente', este martes día 10 a las 21:00 horas en la Plaza Mayor

EÑE / Paula Zorita

Martes, 10 de septiembre 2024, 08:43

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Es conocida en el mundo de la música y más concretamente en el del flamenco, como la 'flamenca del piano'. Precisamente, esa ha sido siempre su manera de despuntar. María Toledo, lleva en su nombre artístico el orgullo por su tierra toledana, y a gala su pasión por el flamenco, el género musical que desde un comienzo le abrió todas las puertas.

Conoce Salamanca y ha tenido ocasión de cantar en varias ocasiones en lugares como el Teatro Liceo o el Centro de Artes Escénicas de la ciudad, pero confiesa que «lleva media vida soñando con cantar en la Plaza Mayor de Salamanca». Por fin lo hará, este martes 10 a las 21:00 horas con la gira de su último trabajo 'Vicente', dedicado a su primer hijo.

Eligió de niña el flamenco como manera de expresarse musicalmente, aún siendo de Toledo... ¿por qué?

–En mi casa siempre se ha escuchado flamenco y copla. He crecido con esos sonidos y recuerdo mi infancia escuchando desde Camarón, Fosforito a Rocío Jurado. Era la música que ponían mis padres y mi madre cantaba en mi casa por Rocío Jurado, Lola Flores, Lole y Manuel… Después, me apuntaron a clases de Flamenco que combinaba con vivencias. Poder expresar lo que siento cantando es una bendición.

¿Qué le impulsó a querer ahondar en este género musical y hacerlo además con el piano?

–Mis padres me apuntaron al Conservatorio de Toledo y al mismo tiempo que estudiaba solfeo tuve que elegir un instrumento y al azar, elegí el piano. Cantaba por un lado y por otro estudiaba piano, pero un buen día, cuando terminaba de estudiar lo que me habían mandado en el conservatorio, empecé a cantar y acompañar mi voz con el piano sin que nadie supiera nada, en la soledad e intimidad de mi habitación. Nunca imaginé que el piano sería mi salvador.

Es conocida como la 'flamenca del piano', ¿marca eso su nivel de exigencia consigo misma?

–Yo soy muy exigente y siempre intento dar lo mejor de mí. El piano y el cante requieren disciplina pero también requieren ese momento de duende, inspiración, que nadie sabe cuándo va a llegar, si llega… y es mucho más espiritual y emocionante que la excesiva disciplina. Ahora bien, estudiar hay que estudiar siempre y mucho para intentar crecer un poquito cada día.

Viene a Salamanca a presentar su disco más especial, dedicado a su hijo... ¿ha sido su mejor y más inspiradora musa para componer?

–Mi hijo es lo mejor que me ha pasado en la vida. Este disco lo grabé pensando en qué regalarle a mi hijo en su primer cumpleaños, justo el día que nació, el 31 de diciembre, salió en formato digital, pero iba a ser solo un regalo de cumpleaños y al final lo hemos sacado en formato físico para el día de la Madre. Es mi séptimo disco y decidí titularlo como el nombre de mi primer y único hijo: Vicente. Vicente se llama también mi padre.

¿Este trabajo sirve como homenaje también a las madres y mujeres?

–¡Claro, por supuesto! Y también a los padres. Ser madre, me ha cambiado. No soy la misma María de antes, ni pretendo serlo. Ahora tengo el mismo tiempo que antes, pero para hacer muchas más cosas, y hay una persona que depende de mí, que es un bebé y quiero cuidarlo y evidentemente, requiere dedicación y mucho amor que es lo más importante, pero también quiero seguir cantando y hacer conciertos. Así que intento organizarme como puedo. Todas las madres y padres del mundo se organizan como pueden y al final llegamos, como podemos, pero llegamos (dice entre risas).

¿Ha sido fácil compatibilizar la maternidad y la música sobre todo los primeros meses?

–Para sacar este disco «Vicente», he aprovechado el poco tiempo que tenía para componer, y aprovechaba cada momento mientras le daba el pecho a mi hijo o mientras me quedaba fija mirando su carita y pensando en cómo la vida me ha hecho este regalo.

A través de sus redes sociales se puede ver que Vicente forma parte de su día a día en la música... ¿Cuál es el secreto y qué consejo daría a las madres en la misma posición?

–No soy persona de dar consejos, porque como dice el refrán, consejos vendo que para mí no tengo, pero mi secreto, si es que lo tengo, es intentar respirar en los momentos de estrés y pensar en no perder la calma. No siempre me sale bien, pero últimamente, lo intento más que nunca, porque perder el control de mis impulsos, no me hace bien. La conciliación no es fácil, pero para mí, mi prioridad es mi hijo. En ese orden, primero mi hijo y después, la música. Intento llevarlo todo hacia delante, y no te voy a decir que sea sencillo, porque no lo es, pero a veces nos agobiamos con querer acudir a todo y hay que empezar a asumir que a todo no podemos llegar, así que hay que priorizar.

El nacimiento de su hijo Vicente ¿ha marcado un antes y un después en su carrera? ¿Qué queda de la María Toledo de los comienzos?

–Queda todo, porque sigo con la misma ilusión en la mirada. Ahora tengo más vivencias, pero los mismos sueños.

En esos comienzos hubo una pieza clave... una artista que perdimos recientemente, María Jiménez...

–María Jiménez, mi hada madrina. La conocí en una feria de Sevilla cuando yo era una adolescente y desde entonces, no me separé de ella. María Jiménez es fuerza, autenticidad, pasión, verdad. Me cuesta hablar en pasado de ella y siempre hablo en presente. Ella me dio la oportunidad de salir en «Gente de Primera», donde me amadrinó y en ese programa, fue la primera vez que me mostré cantando y tocando el piano por soleá. Aquello tuvo el mayor share de audiencia y marcó mi vida para siempre, pues el piano se quedó conmigo. Me encanta cuando me dicen la flamenca del piano.

También ha habido artistas importantes a lo largo de su trayectoria, especialmente este año, Omar Montes, ¿cómo es la relación profesional con él y en qué le ha enriquecido?

–Omar Montes es de las mejores personas que he conocido en mi vida. He grabado en su último disco una bulería que se llama «La niña del relojero», pero lo conozco desde el año 2017 cuando grabé con su amigo Moncho Chavea. Lo conocí en el estudio con su amigo y a día de hoy, le considero mi amigo. Es una persona muy trabajadora y con una inteligencia natural alucinante. Además, he aprendido mucho de las corrientes que aparecen nuevas porque lo fácil en esta vida es criticar, en vez de preocuparte por qué sucede y cuánto de esfuerzo hay detrás. Algo tiene el agua cuando la bendicen, así que para mí, mi amigo Omar Montes, está bendecido.

Además de ese repertorio dedicado a la maternidad, ¿qué se encontrará el público salmantino?

–Por supuesto que no faltará mi homenaje a clásicos del Flamenco y al artista Rafael Farina, al que tanto admiro. Van a encontrar un espectáculo muy variado, con un elenco de músicos muy importante y con varios pianos en el escenario, aparte de muchas sorpresas que no quiero desvelar para que no se pierda el factor sorpresa jamás.

Ya conoce al público de Salamanca y conoce la ciudad, ¿qué destacaría de ella? ¿le hace especial ilusión actuar en la Plaza Mayor?

–Llevo soñando con este momento media vida. He paseado por Salamanca y por su Plaza Mayor en numerosas ocasiones y siempre soñaba con cantar allí y gracias a Dios este momento va a llegar el próximo 10 de septiembre. Amo el campo charro, la dehesa salmantina y tengo muchos amigos allí. Por fin, cumpliré mi sueño de cantar en la Plaza Mayor de Salamanca.

¿Habrá hueco para hacerle un guiño a México? Un lugar que, si no me equivoco, también ha marcado su carrera musical en cierto modo...

–México es un país que amo. Y por supuesto en el concierto de Salamanca haré un homenaje a la ranchera llevándola como siempre he hecho a palos de flamenco. Además, habrá una sorpresa en ese momento…

¿Qué metas le quedan por cumplir? ¿Se considera soñadora?

–Me quedan muchos sueños por cumplir pero nunca me pongo metas, solo trabajo y trabajo. A veces ponernos metas nos puede llevar a la frustración si no las cumples y yo prefiero ir caminando, por supuesto soñar y darlo todo. Pienso que con constancia y un poco de suerte, se logran las cosas. Mi sueño es hacer feliz a mi hijo y siempre actuar con buena fe y amor.

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