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Un trozo de turrón navideño en una cena familiar. Archivo
Cómo sobrevivir a las cenas navideñas: «Si hay problemas, lo mejor es...»

Cómo sobrevivir a las cenas navideñas: «Si hay problemas, lo mejor es...»

Los reencuentros familiares que se celebrarán esta Navidad en ocasiones terminan en conflicto. Las psicólogas Belén Silguero y Sofía Matos trasladan consejos para afrontar estas citas: «Aunque haya problemas no es el momento de tratarlos»

María Regadera

Salamanca

Miércoles, 18 de diciembre 2024, 13:58

Las cenas navideñas son cada año un momento clave para los reencuentros familiares. Estas reuniones son muy esperadas por algunos, pero también muy temidas por otros. En ocasiones, estas situaciones generan tensión y malestar a algunos miembros que temen exponerse a preguntas incómodas o entrar en conflicto en noches en las que se espera armonía, fraternidad y entendimiento. Dos psicólogas salmantinas trasladan a este medio una lista de consejos y tips para hacer frente a estas reuniones y no morir en el intento.

Sofía Matos, psicóloga salmantina, recuerda la importancia de reflexionar acerca de las expectativas que tiene cada persona sobre la Navidad. «En la cabeza tenemos un ideal de Navidad perfecta que, en la mayor parte de ocasiones, no se corresponde con aquello que nos encontramos, ya que hay muchas realidades diferentes. Está en manos de cada uno tomar la decisión de participar en estas reuniones familiares y qué temas tratar. Aconsejo buscar puntos de unión entre los asistentes y hablar sobre experiencias personales compartidas o anécdotas. Todo ello desde una experiencia más vivencial», destaca.

Belén Silguero, psicóloga del Colegio de Psicología de Castilla y León (COPCyL), explica a este medio que durante las fechas navideñas se encuentra con muchos casos en su consulta de personas que 'temen' estas reuniones navideñas. Sentimientos encontrados les invaden. Según manifiestan a la psicóloga, en muchos casos lamentan tener que compartir una de las noches más esperadas del año junto a personas con las que tienen relaciones complicadas o aseguran que les incomoda fingir emociones que no sienten. «La Navidad siempre genera tensión, ansiedad o malestar y conviene trabajar en todo eso», asegura. Silguero aconseja a las personas que se encuentren en esta circunstancia que reflexionen sobre su situación particular y sopesen si les hará bien exponerse a esa situación: «Si al final la persona decide ir, tiene que ser consciente de lo que se va a encontrar y mentalizarse de que si hay problemas o rencillas no es el momento de tratarlo. La clave es no someterse a conversaciones demasiado profundas o que saquen a relucir problemas del pasado», asegura. Junto a ello, la psicóloga aconseja no tratar temas delicados durante estas cenas, ni 'socavar' la intimidad personal de ninguno de los asistentes. «No es el momento más oportuno para sacar a relucir la parte más íntima de una persona, que se va a sentir cohibida y con un malestar profundo delante de todo el mundo. La política, las relaciones personales o la maternidad son temas peligrosos que se deben de evitar», asegura.

La psicóloga Sofía Matos recuerda también la importancia de atender a las reacciones de las personas durante las conversaciones que surgen en las cenas navideñas. «Tenemos que estar muy atentos a la respuesta de la otra persona para determinar si se encuentra cómoda. Es clave mantener al margen los temas personales o más conflictivos y lo más importante es mostrar sinceridad e interesarse de forma honesta sobre el estado de la persona que se tiene en frente», explica la profesional.

Por otro lado, muchas familias convivirán esta Navidad con el dolor de pérdidas muy recientes. «Hay que respetar si algún familiar no se encuentra con ánimo de celebrar o hacer fiesta. Tampoco es aconsejable enfocar la celebración al recuerdo de esa persona. Se puede hacer una mención puntual, pero no seguir rascando en la herida. Es una cuestión de sensibilidad y de empatizar con el sentimiento ajeno», explica Belén Silguero. Sofía Matos, por su parte, añade la importancia de no sentirse culpable por animarse a celebrar la Navidad tras una pérdida: «Las personas pueden disfrutar aunque hayan tenido una pérdida reciente. Eso no significa que sea una falta de respeto siempre que se dé espacio a la tristeza. Si viene el recuerdo de esa persona es recomendable acogerlo y poder hablar de forma puntual de experiencias bonitas con esa persona», asegura la psicóloga.

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