Se desploma la venta del tabaco debido al confinamiento y las restricciones

La venta de tabaco ha experimentado una notable caída desde marzo debido primero al confinamiento y, sobre todo, a las restricciones posteriores que han adoptado las administraciones para intentar frenar al coronavirus, de momento sin éxito. El consumo ha descendido en Salamanca casi un 8% en los nueve primeros meses del año en comparación con el mismo periodo de 2019, prueba de que los salmantinos se han desenganchado de fumar, aunque sea a la fuerza.

En el descenso influyen varias causas. Para empezar, el confinamiento no ha provocado que los salmantinos que fuman lo hagan más o, al menos, no en tal medida que compense el descenso de ventas de otros colectivos. También los establecimientos del centro han sufrido bastante por la pérdida de turistas, una importante fuente de ingresos para ellos. El cierre de las facultades y su sustitución por clases online en primavera provocó que muchos estudiantes de fuera regresaran a casa, por lo que el sector salmantino perdió clientes. Y el cierre de los locales de ocio nocturno ha supuesto otro golpe importante, ya que cuando se sale de fiesta, se fuma más, recuerdan los estanqueros. Circunstancias a las que se han sumado posteriormente la prohibición de fumar en terrazas y la de guardar una distancia de dos metros en la vía pública.

Los números reflejan esta situación. De enero a septiembre se han vendido 10,8 millones de cajetillas de cigarrillos, casi un millón menos que el año pasado, cuando fueron 11,7 millones, según los datos del Comisionado del Mercado de Tabacos. El descenso del 7,8% es uno de los más elevados de los últimos años y pone fin a una tendencia de dos años en las que las ventas se habían mantenido o habían experimentado una ligera subida.

La caída del consumo se da también en los cigarros, mientras que la picadura de liar, más barata, sí experimenta un aumento, aunque insuficiente para compensar el descenso de las cajetillas.

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